Es que el dominio fue claro de ambos equipos, un primer tiempo que fue todo del Decano con muchas llegadas claras pero sin poder definir.
Mientras que en la complementaria el dominio fue total de Cerro Porteño, con Gastón Olveira seguro a la hora de sacar pelotas claras de gol.
La superioridad de Olimpia en el primer tiempo se debió claramente a la mala formación de Cerro, que tuvo a Moreno Martins muy solo arriba y Cáceres le pobló la mediacancha, dejando sin juego al Azulgrana.
Con posesión y espacio, Olimpia llegó por todos los sectores, pero la falta de fineza en la definición fue crucial.
Chiqui metió mano al equipo, puso a Sergio Díaz en el segundo tiempo y soltó más a Alan Benítez con Alberto Espínola; de ese sector derecho llegaron varias jugadas de riesgo para el arco franjeado.
Ya con jugadores cansados y con la frescura que tuvo Romero al ingresar, fue todo de Cerro que dominó, pero no pudo concretar en un cero a cero que queda con sabor a muy poco para tanta expectativa en la previa.
Figura exterior. El árbitro brasileño Anderson Daronco estuvo muy flojo en sus fallos arbitrales. No vio una falta en el área de Zárate a Cardozo Lucena que perfectamente pudo ser penal, amonestó demasiado en jugadas que no requerían y en las jugadas que sí valían tarjeta no amonestó.
Sin mencionar que Francisco Arce casi ingresó hasta el mediocampo en el afán de calmar una trifulca y el árbitro ni siquiera lo apercibió. Malo en todos los sentidos.
Olimpia y Cerro Porteño igualaron 0-0 en el primer superclásico copero. Choque de trámite parejo y dominio cambiante.