PEDRO JUAN CABALLERO
Presuntos narcotraficantes de frontera advirtieron, a través de un mensaje que recibió el intendente municipal de Pedro Juan Caballero, José Carlos Acevedo Quevedo, horas después del atentado a la radio, que el siguiente objetivo sería su hermano, el presidente del Congreso Nacional, Roberto Acevedo Quevedo (PLRA).
“Así van a cerrar la boca, ustedes hablan y luego se esconden”, refiere. Agrega que “nadie es todopoderoso”. Además, en el mensaje de WhatsApp les declara la guerra a los mencionados políticos, al día siguiente del atentado que sufriera la planta de la radio Amambay, propiedad de la familia Acevedo.
La explosión causó daños materiales y también salieron con heridas la locutora Patricia Ayala y su entrevistado Raimundo Fariña. El hecho ocurrió a las 20.30 del viernes. También frente a la radio se halló una bolsa con una bala proveniente de un arma pesada, calibre .50, de similar calibre con el que se le mató al narco Jorge Rafaat Toumani.
El intendente, al referirse a la amenaza de muerte, explicó que “hoy (ayer) a la mañana recibí un mensaje escrito en portugués en el que nos advierten a mí y a mi hermano que corremos riesgo de vida, enseguida mandamos rastrear el número y resultó que la línea está a nombre de una mujer que vive en Ciudad del Este”.
“Este sería uno de los famosos chips bomba, como suelen llamarse, que se activan a nombre de otras personas y se utilizan para cometer ilícitos o amenazas, no sabemos si realmente es cierto o algunos personajes de la frontera quieren aprovechar la ocasión, pero vamos a cuidarnos”, comentó.
Añadió que “días atrás nos habían retirado la mitad de los guardias policiales que tenemos, tanto a mí como a mi hermano, supuestamente por una orden de la Comandancia”, comentó José Carlos. Agregó que “todo eso resulta llamativo pese a la guerra que se instaló en la frontera y que las autoridades centrales no quieren entender”.
Manifestó que se reunirá con sus hermanos para ver cómo reactivar la radio.
EXPLOSIVISTAS. Por otro lado, recién en la tarde de ayer explosivistas de la Fuerza de Operaciones Policiales Especiales (FOPE) desactivaron las dos granadas restantes que no funcionaron en la noche del atentado. Los artefactos estaban atados uno al otro con cinta adhesiva.
El hecho se pudo constatar a la mañana, cuando albañiles se disponían a reparar los daños causados en el techo por la explosión de una de las granadas. De inmediato fueron evacuados del edificio de la emisora y, como los agentes del Grupo Especial de Operaciones (GEO) no tenían equipos para desactivarlas, se solicitó apoyo a antibombas de FOPE, quienes despejaron cualquier peligro colocándoles de nuevo el seguro. Hasta anoche no había detenido ni procedimiento sobre el caso.