Por Pa’i Oliva
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El pensamiento táctico, aplicado al momento actual, se dirige-nace-muere el día de las elecciones del 2008. Su única meta es conseguir un cargo en el gobierno que nazca.
El pensamiento estratégico aspira a conseguir el Gobierno en el 2008, pero pone todo su interés en alcanzar el poder para así realmente gobernar durante cuatro años. Su meta mayor es poder ejecutar el cambio.
¿Qué ocurriría si Fernando Lugo dijera a los partidos políticos y a la sociedad civil organizada: “Les invito a crear un pensamiento estratégico para el 2008 y los que trabajen en el serán los que elijan a los mejores hombres y las mujeres de todo el Paraguay, para que ellos desde los ministerios, el Senado y diputados y desde la Justicia lo pongan en práctica”?
Pienso que, al hacer esto, se quedaría con pocos. Pero, si el Pueblo permaneciera, también, apático sin presionar, eso significaría que no estamos absolutamente a la altura del momento y que habría que esperar otros veinte años. Tal vez, entonces, lo más útil sería crear una agencia de turismo para irse a España. Demasiados ya no aguantarían.
Pero soñemos un mucho. Y ¿si el Pueblo se pusiera a debatir, apuntalar y exigir los pilares de este pensamiento estratégico?
Hacer todo es simplemente cumplir con el compromiso con la Vida en estas tierras del Paraguay. A esto se oponen los sectarios y dogmáticos Y los de derecha y de izquierda coinciden en esto. Y, por supuesto, los interesados buscadores de prebendas.