Por Estela Ruiz Díaz
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Mañana es un día clave para el futuro de la alianza opositora para el 2008. La Concertación, integrada por los partidos PLRA, Patria Querida, Unace, PEN, PPS y otros, se reúne con Fernando Lugo, el precandidato opositor con mejores chances electorales, según las encuestas.
Será el primer encuentro después de la fricción que se generó con la manifestación del 29 de marzo, de la que se abrieron liberales y patriaqueridistas por considerar que era un acto netamente proselitista de Lugo y no una manifestación ciudadana como fue la del año pasado. El oviedismo se adhirió y le dio una mano para evitar que su convocatoria se vea débil.
Tras la marcha, hubo un análisis común: Lugo no puede solo. La unidad opositora es imprescindible si se pretende romper la hegemonía colorada en el 2008.
Es una realidad tan pura y dura que no requiere hechos para demostrar lo contrario.
La reunión de mañana, pautada tras la polémica pelea por la marcha, es sondear cuál es el nivel de compromiso de Lugo con el proyecto de la Concertación.
“Lugo encabeza un proceso político emergente, es una nueva figura política, hay que reconocerlo. La gente dijo con su presencia y su ausencia en la marcha: unidos seremos más y divididos seremos menos. La lección es que la gente nos quiere ver unidos, a los opositores”, había dicho Pedro Fadul un día después de la marcha. Y agregó que la cita es para “pedirle que nos diga si está o no en la Concertación, porque ahora él está 50% adentro y 50% afuera, o sea con un pie adentro o otro pie afuera”.
Blas Llano tuvo similar postura. Aunque dio más detalles sobre los dramas que subyacen y que hasta hoy conspiran contra el acuerdo: “Yo confío en que la gente que está a la cabeza de los partidos y los movimientos políticos que buscan la alternancia en el poder de la República, tenga la suficiente madurez, tolerancia y grandeza de espíritu para entender que solos no vamos a llegar”.
LOS PROBLEMAS. ¿Cuáles son los obstáculos para concretar un pacto de la Concertación con Lugo? Los típicos problemas en una disputa por el poder:
1) El método de la elección de la chapa presidencial: los partidos plantean padrón abierto; Lugo el acuerdo político.
2) Quién encabezará la chapa presidencial.
3) Quién será la dupla. (Lugo rechaza la propuesta de los partidos que plantean que el vicepresidente sea el segundo más votado).
4) El número asignado a la chapa presidencial.
4) El programa de gobierno.
Estos son los puntos básicos de debate y puja entre los opositores. Para Lugo y sus movimientos, es innegociable que el ex obispo de San Pedro no sea el candidato presidencial. Y la verdad que si uno mira las encuestas, actualmente no hay otro candidato opositor que genere tanta adhesión y tanta esperanza. La sensación térmica política se siente en las calles: Lugo es el único que le puede ganar a los colorados.
Este es sin dudas el mayor escollo de la negociación.
En el PLRA, Unace y PQ no hay un convencimiento sobre la concesión de la chapa al ex obispo de San Pedro.
Pero también en el sector luguista hay signos de intolerancia política. Creen, con buena dosis de ingenuidad y mucha soberbia, que Lugo solo puede contra la ANR y lo ratificó con su postura de rechazo a la elección vía padrón abierto.
En cuanto a las listas parlamentarias, un problema grave se da con la intención del movimiento Tekojoja que pretende que su lista parlamentaria se identifique con el mismo número de la lista presidencial. Este será un problema si se concreta el acuerdo entre Lugo y la Concertación. Los partidos proponen que la chapa presidencial se identifique con un número totalmente distinto al de los partidos, que buscarán por su cuenta ganar las bancas parlamentarias. Sin embargo, los luguistas exigen el mismo número. Saben que la chapa presidencial arrastra la lista del Senado. Con ello lograrán con facilidad ingresar al Congreso sin mucho esfuerzo de campaña.
Y este es un punto innegociable para los partidos.
En fin, mañana (si no hay otra prórroga de la cita política) se abrirá otro capítulo de la historia de la alianza opositora.
De sus líderes depende que la ficción se convierta en realidad.