Lunes/2/JULIO/2007
Madrid, (EFE) - Los hombres comienzan a asumir un mayor compromiso en el cuidado de los hijos, con una tendencia a mostrarse más afectuosos. Pero siguen encontrando dificultades laborales y sociales en ese nuevo papel.
Estas son conclusiones de un estudio sobre hombres españoles realizado por la Fundación BBVA “Los hombres jóvenes y la paternidad”, dirigido por la catedrática de Sociología de la Universidad Complutense Inés Alberdi y la psicóloga y presidenta del Instituto de Investigación Social ADVIRA, Pilar Escario.
Las autoras del informe apuntan la necesidad de un cambio del comportamiento familiar de los hombres y reclaman a empresas y administraciones públicas que faciliten que éstos y las mujeres puedan participar “por igual” en sus obligaciones y responsabilidades.
Según Alberdi, las empresas y la sociedad en general aceptan con más naturalidad que sean las mujeres quienes dediquen más tiempo a los hijos que los hombres, cuando ellos también tienen derecho a la paternidad.
También destacó que nos encontramos en una “transición” desde un modelo de familia “tradicional” y “jerarquizado”, basado en la autoridad del varón, a otro “simétrico” e “igualitario”, en el que ambos trabajan fuera de casa y se reparten las tareas domésticas por igual.
Las autoras recuerdan que aún queda camino para que el segundo modelo sea predominante en España, a pesar de que dos de cada tres adultos y tres de cada cuatro jóvenes lo respaldaban, según una encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicada en 2004.
Las parejas posponen la llegada de los hijos porque existe un miedo a la paternidad debido a razones económicas y de vivienda, aunque al mismo tiempo, son “más deseados que nunca”, su valor está “en alza”. Por lo tanto, son “más planeados, decididos y cuidados que nunca”.
Las nuevas generaciones de padres coinciden en considerar “anticuado” el modelo tradicional y rechazan rotundamente la figura autoritaria, distante y ausente.
El estudio se basó en 12 grupos de ocho hombres jóvenes de clases medias cultas en las ciudades de Madrid, Barcelona, Bilbao y Sevilla y entrevistas personales, algunos casados, otros que viven en pareja, la mayoría con hijos pequeños y otros sin intención de tenerlos.