El comisario Virgilio Chávez, de Antinarcóticos de la Policía Nacional, dice que no se puede cuantificar todavía cuánto creció el consumo de drogas, como la cocaína y el crack, pero sí se observa que el consumo en la población juvenil creció de manera extraordinaria, sobre todo en los sectores más vulnerables.
Afirma que esta problemática no tiene una solución a mediano plazo porque se requiere de un trabajo interinstitucional y de un presupuesto para la prevención y el tratamiento de las personas que caen en la adicción.
Las personas adictas cuando en casa no le dan para comprar su droga empiezan a robar; primero a la familia y luego hacen lo mismo con los vecinos, etc. ‘‘No solo es la droga, sino todos los delitos que se cometen por esa necesidad de consumirlas. Hay personas que incluso llegan a la violencia. Es un problema grande’’.
Chávez comenta que cada vez es más común que en las fiestas los jóvenes se ‘‘empastillen’’. El pudiente consume cocaína, que en promedio cuesta unos G. 100.000. ‘‘La droga no terminará, es un negocio y se aplican las mismas reglas que en el mercado. Hay una demanda y una oferta’’.