Scaloni fue el primero en sorprender en la histórica jornada al alinear entre los titulares a un Ángel Di María en estado de gracia luego de haber jugado escasos minutos contra Países Bajos, en cuartos de final. Su inclusión fue preponderante. El flanco izquierdo fue su zona de confort. Por allí penetró en el área francesa para que le cometieran penal. Así Messi burló a Lloris y marcó el primer tanto.
Francia no reaccionaba ante un sólido planteo argentino. Por eso no fue casualidad que, en el mejor contragolpe del Mundial, el mismo Di María ampliara la diferencia con un toque sutil frente al arquero, a su estilo, como en Río, como en Beijing, como en Londres.
Deschamps tuvo que cambiar dos jugadores antes de que se fuera la primera mitad, pero ello no modificó gran cosa en el trámite, hasta que llegó el penal para Francia en el minuto 80. Allí el partido se desmadró. Mbappé cargó de aire a los Blues descontando y, tan solo un minuto después, igualó el marcador con volea cruzada que demostró su oportunismo, su jerarquía.
Hubo que ir a la prórroga. En el minuto 108 Messi marcó su gol número 13 en mundiales y pareció darle definitivamente la Copa a Argentina. Sin embargo, Mbappé volvió a marcar desde los doce pasos y hubo que definir el título con tiros desde esa distancia, no sin que antes Dibu Martínez se mandara con un pie la atajada del Mundial.
Ya en la definición, Martínez volvió a mostrar su condición de atajapenales, conteniendo el disparo de Coman, mientras Tchouameni desvió el suyo. Montiel, finalmente, marcó para que, luego de 36 años, Argentina vuelva al pináculo del fútbol mundial. Para que Messi agrande todavía más su dilatada leyenda.
En un partido memorable, Lionel Messi guió a Argentina para conquistar el tricampeonato del mundo.
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juegos mundialistas completó Messi, por lo que es el futbolista con más partidos en Copas del Mundo.