Del dinero que hasta ahora se utilizó, más de USD 5 millones se destinaron a transferencias directas para 11.237 beneficiarios, con la previa presentación de propuestas por parte de las organizaciones de productores. Sin embargo, el monto total llegó a más de 77.000 familias con otros mecanismos de asistencia, entre ellos el Plan 50.000 huertas.
El MAG tomó los recursos de proyectos de Restauración de los Sistemas de Producción de la Agricultura Familiar, Paraguay Inclusivo Fase II, de Mejoramiento de la Agricultura Familiar Campesina e Indígena, Proyecto de Desarrollo Rural Sostenible y de Inserción a los Mercados Agrarios (Pima) para financiar el plan de contingencia. Solo el último obtuvo dinero a través de la Ley de Emergencia, según el director de Administración y Finanzas, Gregorio Lezcano.
“Son proyectos todos aprobados, pero no estaban ejecutándose y se modificaron algunos paquetes para poder atender lo que es la pandemia, se tuvieron que ajustar a paquetes más pequeños para atenderle a esta gente que más necesitaba”, explicó respecto al compromiso de garantizar en primer lugar la seguridad alimentaria. Para el efecto se dirigieron recursos a propuestas con resultados a corto plazo que están relacionados, por ejemplo, a semillas de autoconsumo y producción de animales menores.
Para la reestructuración de los gastos se tuvo que llegar a un acuerdo con organismos internacionales, ya que algunos proyectos son financiados por el Banco Mundial y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola.
Todavía quedan montos para ejecutar, teniendo en cuenta casos como Pima, que apunta a unos 30.000 beneficiarios y hasta el momento llegó a menos de 5.000. Lezcano aclaró que a partir del próximo año los proyectos modificados recuperarán su orientación de paquetes tecnológicos.