21 oct. 2025

El límite en el perdón

Hoy meditamos el Evangelio según san Mateo 18, 21-35.

Hoy el Señor nos habla de la necesidad del perdón sirviéndose de una conversación con el Apóstol Pedro.

Pedro se acerca a Jesús, con confianza, para preguntarle: Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano cuando peque contra mí?

La convivencia estrecha de Jesús con los Apóstoles le da pie a Pedro a preguntarle por una actitud que ha encontrado en Jesús y que le resulta costosa: El perdón a los demás.

Pedro le propone a Jesús si perdonar muchas veces: Hasta siete. ¿He de perdonar siete veces a mi hermano?

En el lenguaje de la Biblia siete indica perfección. Esa es la mirada de Pedro. Una mirada generosa en su modo de ver las cosas.

Pedro reconoce la necesidad de pedir perdón. No mantiene ante la culpa una actitud defensiva de la que hay que huir porque impide recibir el perdón.

Jesús le contesta que ha de perdonar setenta veces siete. Es decir, siempre. Que no ha de haber límite en el perdón. Esa es la mirada de Dios. Una mirada de plenitud.

Luego, Jesús, pone el ejemplo del servidor al que su amo le perdona la deuda. Una deuda enorme: 10.000 talentos, una cantidad astronómica.

Y, en cambio, aquel servidor no perdona luego a su compañero una cantidad insignificante en comparación con lo que le había sido perdonado a él.

La enseñanza acaba con unas palabras de Jesús en las que relaciona el perdón a los demás con el perdón recibido del Padre celestial.

“Del mismo modo hará con vosotros mi Padre celestial, si cada uno no perdona de corazón a su hermano”.

Si perdonamos Dios nos perdona, si no perdonamos no recibimos el perdón de Dios.

Con este ejemplo nos quiere hacer entender el Señor que el perdón a los demás procede del perdón que Dios nos concede siempre.

Así como Dios nunca se cansa de perdonarnos, nosotros hemos de luchar por perdonar siempre a los demás.

(Frases extractadas de https://opusdei.org/es-es/gospel/2022-03-22/).