19 ago. 2025

El “hermano” Evo Morales regresa a Tiahuanaco para celebrar el año nuevo aimara

Tiahuanaco (Bolivia), 21 jun (EFE).- El “hermano” Evo Morales, como lo llaman sus seguidores, regresó a la ciudadela preincaica de Tiahuanaco, donde recibió hace dos años el bastón de mando de los pueblos indígenas, para participar hoy en las celebraciones del año nuevo aimara.

Morales, quien recibió el bastón un día antes de su jurar como presidente, el 22 de enero de 2006, llegó en helicóptero a la conocida Puerta del Sol tiahuanacota, donde ante decenas de miles de personas, entre ellos muchísimos turistas, celebró la llegada de los primeros rayos de sol del invierno y, con ellos, del año 5516 del calendario aimara.


El presidente de Bolivia, Evo Morales (i), participa hoy, en la celebración del solsticio de verano que marca el inicio del nuevo año aimara, en las ruinas pre incaicas de Tiahuanaco (Bolivia). Morales, estuvo acompañado por el ministro boliviano de Relaciones Exteriores, David Choquehuanca (d). EFE | Ampliar imagen

Los rituales estuvieron dirigidos por ocho “amautas” (sacerdotes aimaras) que presentaron diversas ofrendas en el altar mayor de las ruinas de Tiahauanaco, situada en el altiplano boliviano al oeste de la ciudad de La Paz y a casi 4.000 metros sobre el nivel del mar.

El año nuevo llegó cuando los primeros rayos de sol bañaron a los presentes con su intensa luz. Todos, casi al mismo tiempo y de pie, levantaron las palmas de sus manos y comenzaron a dejarse llevar por una especie de trance místico.

El “amauta” Pascual Pachahualla explicó a Efe que el “Wilkakuti”, que quiere decir “retorno del sol” en aimara, tiene “muchos significados”, pero lo fundamental es que busca “energías positivas y que todo salga bien”.

Además, detalló que durante la ofrenda se pidió a la madre tierra (la Pachamama) y al padre sol (Inti) “paz, tranquilidad, felicidad y armonía para todo el planeta y no solo para Bolivia”.

“Ponemos en el fuego algunos ingredientes que siempre manejaron nuestros ancestros”, comentó Pachahualla sin especificar de qué materiales se trataba.

Alrededor del fuego, sobre el altar central del templo de Kalasasaya, giraron los sacerdotes aimaras y el presidente Morales, que pertenece a esa etnia al igual que su ministro de Exteriores, David Choquehuanca, quien también estuvo presente en el ritual.

Numerosos indígenas bolivianos llegaron ataviados con las vestimentas típicas de sus localidades, como ponchos y plumas de vistosos colores, para delicia de los turistas que no pararon de fotografiarlos.

Horas antes, la celebración había comenzado en el centro de Tiahuanaco, situada a casi 100 kilómetros de La Paz, donde miles de jóvenes pasaron la noche bailando y bebiendo con el normal resultado: numerosos borrachos.

“Lamentablemente, eso ha ocurrido todos los años. En esta ocasión se ha querido controlar, pero es difícil”, declaró a Efe la alcaldesa de Tiahuanaco, la joven Eulogia Quispe.

La regidora calculó que este año ha habido “bastante afluencia” a Tiahuanaco y cifró en unos 30.000 los visitantes.

Cada año son más los que acuden a este enclave arqueológico en la noche del solsticio de invierno, si bien la mayoría tiene una motivación más turística que religiosa.

Muchos de los que asistieron hoy eran extranjeros ataviados con alguna prenda de lana con decoración indígena, que celebraron la llegada del nuevo año aimara en “comunión” con los originarios.

A pesar de que los organizadores buscaban este año un tono “más espiritual”, no pudieron evitar la imagen de jóvenes bebidos que deambulaban alrededor de las ruinas horas después de las celebraciones.

La alcaldesa Quispe también se pronunció sobre la polémica desatada por antropólogos y arqueólogos que cuestionan el carácter real de la fecha del nuevo año aimara.

Según los aimaras, los 5.516 años que se celebran hoy corresponden a los 5.000 de antigüedad que se atribuyen a Tiahuanaco más los 516 transcurridos desde que los españoles llegaron al continente americano en 1492.

Sin embargo, varios expertos sostienen que la antigüedad que los aimaras otorgan a estas ruinas no se corresponde con datos científicos.

La alcaldesa de Tiahuanaco defendió, no obstante, que los “documentos de la historia y también los datos de los arqueólogos demuestran que hoy comienza el año 5516".