Ayer se contabilizaron cinco nuevos casos de pacientes infectados, todos ellos corresponden a personas que retornaron desde el exterior, principalmente desde el Brasil, y que guardan cuarentena en los albergues, situación que ha sido la constante en los últimos días.
De esta manera, ayer sumaban 759 los casos de infectados desde que se inició la cuarentena en marzo pasado.
En comparación con otros países de la región, el Paraguay es uno de los que exhiben una mejor situación de control sanitario ante la pandemia, según los registros oficiales, con 11 personas fallecidas y 193 personas recuperadas.
Sin embargo, y a pesar de que las cifras deberían aportar algún alivio, la mayoría de los expertos coinciden en que el pico de la enfermedad en nuestro país aún no ha sido alcanzado, solo se está retardando con las medidas de distanciamiento físico y social, pero cualquier paso en falso podría facilitar que la situación se dispare y se salga de control.
En ese sentido, no deja de ser preocupante el alto índice de contagios que se vienen detectando en los albergues donde son llevadas las personas que ingresan, especialmente desde el Brasil, país vecino que se ha convertido en la mayor amenaza de propagación del coronavirus. De hecho que, ante la gravedad de la situación, lo ha reconocido oficialmente el propio presidente de la República, Mario Abdo Benítez, al anunciar que las fronteras seguirán cerradas por un buen tiempo.
Hasta este viernes, en que se produjo la renuncia del ministro brasileño de Salud, Nelson Teich, antes de completar un mes al frente de la cartera, la nación vecina ha alcanzado una cifra de casi 14.000 fallecidos y más de 200.000 casos de contagios confirmados.
El ex ministro, quien dimitió al cargo por diferencias con el presidente Jair Bolsonaro en el manejo de la pandemia, tal como lo había hecho en abril su antecesor, Luiz Henrique Mandetta, ha advertido que el Brasil podría llegar a registrar hasta mil muertes por día si no impone mayores restricciones de cuarentena, a lo que el presidente Bolsonaro se opone tajantemente por temor a incrementar la grave crisis económica.
Lo que está sucediendo en el Brasil debe llevar al Gobierno paraguayo a extremar los controles en las fronteras, sin impedir el ingreso estrictamente controlado de los compatriotas que tienen todo el derecho a retornar a su país, pero cumpliendo las estrictas medidas de cuarentenas en los albergues.
Este es el momento de extremar los cuidados para evitar que las cifras de personas infectadas se disparen, ya que la infraestructura sanitaria para contener un contagio masivo en los hospitales sigue sin ser la adecuada.
No debemos permitir que todo el gran sacrificio que ha hecho la ciudadanía para impedir la propagación del coronavirus sea desperdiciado.