14 ene. 2025

El fenómeno Lugo o la lucha contra un sistema

Por Marcelo Duarte
Senador Nacional (PPQ)
El monseñor Fernando Lugo, Obispo Emérito de la Diócesis de San Pedro, hoy renunciante a su condición de pastor de la Iglesia Católica, fue siempre una persona controvertida. Algunos pensaban que se dedicaba más a las actividades mundanas que a las pastorales, mientras otros pensaban que su manera de ejercer el ministerio apostólico era genuinamente válida.

Cuestión de opiniones, en lo que respecta a enfoques de los laicos y religiosos en torno a la forma correcta de encarar la vocación sacerdotal en la Iglesia Católica; no así en lo que concierne al plano jurídico, sea éste canónico o civil. En el primero decide el Papa, con la asesoría de sus cardenales y en base a los informes del Nuncio papal y la Conferencia Episcopal; en el segundo decide la Justicia paraguaya, ajustando la legislación a lo que disponga el mandamás del régimen político local, con la asesoría de sus cómplices y en base a los informes de la mafia.

Visto de otra manera, Fernando Lugo puede ser bueno o malo para el país, según la gente que lo juzgue; para la Iglesia, según el Papa; y para la política, según los intereses de los grupos de poder.

El caso es que desde que empezó su campaña proselitista en el mes de marzo, hasta que la formalizó en el mes de diciembre del año pasado, ha sido foco de atención; ya sea por curiosidad, por ambición, por esperanza o por temor.

Ahora bien, ¿es Fernando Lugo consciente de lo que ha generado y de lo que puede generar como catalizador de un fenómeno político y social, largamente incubado? ¿O es otro caudillo más, obnubilado por el destaque que recibe de la prensa y las lisonjas de los oportunistas rezagados de distintas carpas y políticos profesionales o amateurs, algunos con cargo, pero todos sin dieta?

Aunque haya renunciado a seguir siendo obispo, será el Papa quien decidirá si monseñor Lugo sigue o no perteneciendo a la Iglesia Católica. Por otro lado, será la gente quien decidirá si le convence Fernando Lugo como candidato a Presidente de la República; mientras que serán los partidos y movimientos de la Concertación los que decidirán quién será el candidato a Presidente que los represente.

Antes que todo eso suceda, será Fernando Lugo quien decidirá si se incorpora o no a la Concertación para intentar representarla como su candidato, entre tantos otros con las mismas aspiraciones. Según el resultado de esa ecuación, será el oficialismo colorado el que decidirá si dejan o no correr la candidatura de Fernando Lugo; ya sea porque une a la oposición dentro de la Concertación, como su candidato o como su articulador, o porque la divide presentando una candidatura alternativa.

Si la candidatura de Lugo divide a la oposición, jurídicamente será suficiente con la renuncia presentada a su condición de clérigo, porque eso busca el oficialismo. Pero si logra unirla, será insuficiente y se tendrá en cuenta lo que diga la Santa Sede con relación a su condición de sacerdote, obviamente con una interpretación típica de la Justicia nicanorista. De todas formas, hay que tener mucho cuidado para que el Régimen no vuelva a salirse con la suya, gracias a Lugo o a pesar de Lugo.