Desde hace dos décadas, el rubro bananero fue dando grandes saltos en la producción y exportación. Datos estadísticos del Banco Central del Paraguay reportan que en el 2000 apenas se enviaban 66 toneladas al mercado argentino, dos años después se sumó Uruguay como destino como una ínfima participación, en tanto que Brasil compró solo entre el 2003 y 2004.
En el 2015 se observa el envío de 32.694 toneladas por un precio promedio de USD 254 cada una, en tanto que en el 2019 las cifras rompieron un nuevo récord (ver infografía).
Desafío. En este enero se confirmó la apertura del mercado chileno, que encargó las primeras 1.248 cajas de cartón que partieron desde territorio guaraní en un camión refrigerado. El exportador y presidente de la Mesa Intersectorial de Competitividad Bananera, Hugo Franco, explicó que esto no significa un peligro de desabastecimiento local, pero sí una mejora en los precios, ya que en Paraguay el pago no llega ni a G. 1.000 el kg.
La principal competencia de esta fruta es la ecuatoriana y en segundo lugar la boliviana, cuyo conflicto interno obstaculizó el transporte de la banana en el segundo semestre del año pasado, impulsando así una mayor compra de la producción paraguaya.
Merienda escolar. Desde el 2019 se incorporó la banana en la merienda escolar mediante la Nº 6277, pero los productores quedaron descontentos por el incumplimiento y cerraron una ruta principal de Caaguazú. Las protestas terminaron con la promesa de una reglamentación que garantice la provisión de la fruta y que actualmente está vigente.
La normativa establece la inclusión de dos bananas al menos tres veces al día en la alimentación de los estudiantes, siempre que cumplan con los estándares de inocuidad y calidad.
