08 may. 2024

El ejemplo de Chile debe motivar a construir una mejor ciudadanía

La abrumadora participación ciudadana en el plebiscito en Chile, que ha decidido por casi el 79% de los votos sepultar la Constitución heredada de la dictadura de Pinochet y redactar una totalmente nueva, con una convención constitucional de 155 personas que serán elegidas por votación popular solo para ese fin, constituye un gran avance en el proceso de consolidar la democracia representativa y romper los lazos con el régimen tiránico. Es un ejemplo admirable, que debe motivarnos para construir también aquí una mejor ciudadanía, en un país en donde los nexos con la dictadura de Stroessner son todavía muy fuertes, en donde hemos conquistado cierto nivel de institucionalidad democrática, pero nos siguen ganando la corrupción y el prebendarismo. Aquí también debemos dejar atrás el pasado.

“Borrar todo tu legado será nuestro legado” decía uno de los carteles que se difundieron a través de las redes sociales, con la clásica imagen del ex dictador chileno Augusto Pinochet, con parte de su rostro borrado.

Era una de las reacciones que más se dieron a conocer tras la abrumadora victoria ciudadana, el domingo, en un plebiscito de quienes están de acuerdo en sepultar la Constitución heredada de la dictadura y en redactar otra totalmente nueva, a través de una convención constitucional que estará compuesta por 155 personas elegidas por votación popular solo para ese fin.

Hasta los últimos resultados conocidos en la víspera, el 78,27% de los chilenos que fueron a votar habían dado su aprobación a la nueva Constitución política, mientras el 21,73% votó por el rechazo. Igualmente, el 78,99% votó que la nueva Carta Magna sea redactada por una convención constitucional, mientras el 21,73 votó porque sea una convención mixta constitucional. Eso significa que el proceso constituyente será absolutamente ciudadano.

La elección de constituyentes se llevará a cabo el 11 de abril de 2021 y la mitad de sus integrantes serán mujeres y la otra mitad hombres. Además, está por debatirse si habrá escaños reservados para los pueblos indígenas en la convención.

Pese a que la votación se celebró en plena pandemia del nuevo coronavirus, colmada de restricciones sanitarias y protocolos para evitar posibles rebrotes, la participación superó el 50%, el mejor porcentaje desde que el voto dejó de ser obligatorio en 2012. El Servicio Electoral destacó que “el plebiscito fue la elección con más votantes de toda la historia de Chile” y que la participación fue una de las más altas con sufragio voluntario, superando incluso al histórico plebiscito de 1988 que marcó el fin de la dictadura, cuando una mayoría de la población le dijo no a la continuidad de Pinochet.

La Constitución pinochetista fue reformada muchas veces durante los últimos 30 años de democracia, quedando despojada de sus enclaves autoritarios y antidemocráticos, pero siguió siendo el sostén del modelo neoliberal chileno e impedía grandes reformas estructurales como las que claman los ciudadanos en salud, educación y pensiones, entre otras.

Esta última votación, considerada la más importante en tres décadas de democracia, se planteó como la vía institucional para poner fin a la mayor crisis social desde el retorno a la democracia, que el año pasado dejó una treintena de fallecidos y miles de heridos, además de graves señalamientos por violaciones a los derechos humanos por parte de las fuerzas de seguridad.

La gesta cívica del pueblo chileno constituye un ejemplo admirable, que debe motivarnos para construir también aquí una mejor ciudadanía.

Vivimos en un país en donde los nexos con la dictadura del general Alfredo Stroessner (1954-1989) son todavía muy fuertes, ya que a partir de la apertura democrática hemos conquistado cierto nivel de institucionalidad democrática, pero nos siguen ganando la corrupción y el prebendarismo. Aquí también debemos dejar atrás el pasado.

Más contenido de esta sección
Las ventas al público en los comercios pyme de Argentina cayeron un 25,5% interanual en febrero pasado, golpeadas por la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores a causa de la elevadísima inflación, y acumulan un declive del 27% en el primer bimestre del año, según un informe sectorial difundido este domingo.
El mandatario decidió crear el fondo nacional de alimentación escolar esperando un apoyo total, pues quién se animaría a rechazar un plato de comida para el 100% de los niños escolarizados en el país durante todo el año.
Un gran alivio produjo en los usuarios la noticia de la rescisión del contrato con la empresa Parxin y que inmediatamente se iniciaría el proceso de término de la concesión del estacionamiento tarifado en la ciudad de Asunción. La suspensión no debe ser un elemento de distracción, que nos lleve a olvidar la vergonzosa improvisación con la que se administra la capital; así como tampoco el hecho de que la administración municipal carece de un plan para resolver el tránsito y para dar alternativas de movilidad para la ciudadanía.
Sin educación no habrá un Paraguay con desarrollo, bienestar e igualdad. Por esto, cuando se reclama y exige transparencia absoluta en la gestión de los recursos para la educación, como es el caso de los fondos que provienen de la compensación por la cesión de energía de Itaipú, se trata de una legítima preocupación. Después de más de una década los resultados de la administración del Fonacide son negativos, así como también resalta en esta línea la falta de confianza de la ciudadanía respecto a la gestión de los millonarios recursos.
En el Paraguay, pareciera que los tribunales de sentencia tienen prohibido absolver a los acusados, por lo menos en algunos casos mediáticos. Y, si acaso algunos jueces tienen la osadía de hacerlo, la misma Corte Suprema los manda al frezzer, sacándolos de los juicios más sonados.
Con la impunidad de siempre, de toda la vida, el senador colorado en situación de retiro, Kalé Galaverna dijo el otro día: “Si los políticos no conseguimos cargos para familiares o amigos, somos considerados inútiles. En mi vida política, he conseguido unos cinco mil a seis mil cargos en el Estado...”. El político había justificado así la cuestión del nepotismo, el tema del momento.