El edificio donde funciona el Instituto Superior de Lenguas (ISL), dependiente de la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), se cae a pedazos.
Estrechas piezas y paredes llenas de moho, además de columnas rajadas y cables sueltos, son los encargados de adornar las aulas que fueron destinadas a las carreras de Guaraní y Francés, en el añejo edificio sobre la calle España, donde anteriormente se encontraba el Rectorado.
Con acondicionadores de aire sin funcionar, marcos de ventanas despintados y carentes de energía eléctrica se encuentran las aulas del primer curso de Lengua Francesa y el segundo de Lengua Guaraní.
Este abandono expuso a los alumnos a un ambiente insalubre, lo que, según los directivos estudiantiles, ocasionó problemas de salud. Ni siquiera los funcionarios de guardia en el predio se animan a permanecer mucho tiempo en esa parte del edificio.
En el ISL se enseñan las carreras de licenciaturas en Inglés, Francés, Portugués, Alemán y Guaraní.
“Es triste la situación que pasan los compañeros y eso hizo que ellos se tuviesen que mudar”, comentó Michael Cáceres, uno de los universitarios en vigilia.
VÍA CRUCIS. El pésimo estado hizo que los universitarios tuviesen que dar clases en dormitorios destinados a docentes extranjeros.
Tras el descontento estudiantil, las lecciones se desarrollaron en los pasillos y patios del ex Rectorado.
Los alumnos de Lengua Guaraní luego fueron relocalizados en una parte del colegio San José, donde se vieron obligados a hacer colectas para el mantenimiento.
Actualmente, el ISL alquiló una residencia particular sobre España (frente a la institución), donde Francés y Guaraní fueron reubicados de manera temporal, aunque por el paro estudiantil sus puertas se mantienen cerradas.
“Es un local que se alquila, pero se vive en la incertidumbre. Los profesores querían proceder en los pasillos para dar clases, pero no entienden cómo se maneja la situación”, expresó Cáceres.
PARO. El vocero estudiantil indicó que se mantienen en vigilia permanente y en paro académico en el Instituto Superior de Lenguas.
Resaltó que es un avance muy importante la renuncia de la directora Beatriz Berwikunkin de Schvartzman, pero aseguró que no levantarán la medida hasta la salida de la decana de Filosofía, María Angélica González, y de cuestionados docentes.
“Es un apoyo a los estudiantes de Filosofía en su lucha y también hay más profesores cuestionados, pero tras una asamblea vamos a ver cómo proceder”, manifestó Michael Cáceres.
Berwikunkin de Schvartzman presentó su renuncia como directora de Lenguas y miembro del Consejo Directivo de Filosofía de la UNA luego de una reunión con el interventor Ricardo Garay, quien el jueves abrió un sumario a la decana González.