05 may. 2025

El director Rick Rosenthal se adentra en el dilema moral de los “drones”

Austin, 31 oct (EFEUSA).- El director Rick Rosenthal se adentra en su último largometraje, “Drones”, en el uso de estos aviones no tripulados por parte de las fuerzas armadas estadounidenses y quiere que el espectador se plantee el “dilema moral” que estos instrumentos generan.

Un avión no tripulado (dron). EFE/archivo

Un avión no tripulado (dron). EFE/archivo

“Es un asunto enormemente importante porque cambia radicalmente la forma de encarar una guerra”, aseguró a Efe el director de filmes como “Halloween: Resurrection” y de episodios de series del éxito de “Smallville” y “Buffy cazavampiros”.

El film de Rosenthal cerró hoy la sección oficial del Festival de Cine de Austin (Texas), donde se pudo ver por primera vez en Estados Unidos esta cinta que cuestiona el actual uso de los “drones” por parte de las autoridades del país.

El director neoyorquino deja de lado esta vez su cine más comercial y aborda desde la ficción el uso de aviones de tripulados (“drones”) porque, según él, cambian la tradicional manera de afrontar una guerra, basada desde hace siglos en “matar y ser matado”.

“Si ganas batallas por control remoto y sin ningún riesgo de perder a nadie de tu parte, el concepto de guerra cambia totalmente”, justifica.

El filme, austero y con las localizaciones mínimas, se basa en la relación que establecen los dos profesionales que suele haber detrás (y a miles de kilómetros) del avión no tripulado: el piloto del “drone” y el operador.

El personaje masculino (el actor Matt O’Leary) es un joven de clase trabajadora a quien las Fuerzas Aéreas reclutan porque sus grandes aptitudes jugando a los videojuegos hacen pensar que será un buen piloto de aviones no tripulados, y el femenino (Eloise Mumford), una joven graduada en la escuela de las Fuerzas Armadas con un expediente excelente.

La relación entre los dos personajes encarna, según el director, “un dilema moral y ético muy complejo para los que luchan estas batallas y para quienes las ordenan”.

La tensión en la película la genera la confrontación entre sus dos maneras de afrontar este dilema, de ejecutar órdenes y de digerir “las dudas que se crean sobre si el hombre al que están siguiendo para atacar sea realmente un terrorista”.

En concreto, los dos miembros de las Fuerzas Aéreas, Jack y Sue, teledirigen un “drone” desde una base en el desierto de Nevada para Afganistán, con la orden en mano de atacar al presunto terrorista Mahmoud Kahlil durante su fiesta de cumpleaños a la que asisten decenas de invitados, incluidos mujeres y niños.

“Espero que la película lleve a la audiencia a plantearse preguntas”, confiesa el cineasta durante la entrevista. “La pregunta final es: ¿usted habría pulsado el botón o no?”.

Evidentemente esa pregunta y muchas más le fueron viviendo a la cabeza a Rosenthal durante la gestación, el rodaje y la posproducción de la película.

Cree que “la política estadounidense usa los ‘drones’ para prevenir el terrorismo” y se plantea: “Cuando se lleva a la práctica, ¿qué diferencia hay con otro terrorismo activo?”.

“Cuando las operaciones dan en el objetivo y matamos a miembros de organizaciones terroristas, creo que este de los ‘drones’ es un uso muy positivo. Cuando acaba atacando a civiles, que pueden ser niños, mujeres, bebés, que no son terroristas, creo que creamos más terrorismo”, advierte.

A juicio de Rosenthal, los daños colaterales de los aviones no tripulados inducen al terrorismo: “Si eres un civil sin resentimiento hacia EE.UU. pero tu familia es víctima colateral de un ataque, entiendo que puedas convertirte en enemigo del país”, se plantea.

Varios estudios de universidades e instituciones estadounidenses apuntan que fueron civiles un 20 % de las cerca de 4.000 víctimas de “drones” en la última década.

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