06 jul. 2025

El deporte como un estilo de vida

Sara Allinquant, licenciada en Administración de Empresas y Márketing, es una amante de la estética y del deporte. “El deporte es mi forma de vida, no concibo mi vida sin deporte. Mi cuerpo y mente lo necesitan para funcionar bien”, refiere. Hoy lleva una vida saludable y a través de sus redes sociales (@Sary_allinq) comparte su rutina para un mejor estilo de vida. “Nunca es tarde para emprender un buen cambio en la vida, amigarse con uno mismo. Sacar al cuerpo de su zona de confort a veces puede ser duro, pero el resultado es tan satisfactorio”, dice.

UN MUNDO DESCONOCIDO Sara se inició en este mundo tímidamente y con cierto miedo, ya que cuando era pequeña le diagnosticaron epilepsia. “Tenía prohibido hacer actividades físicas por prescripción médica, entonces ni en el colegio hacía deportes”, comenta. Sus inicios en el mundo deportivo se remontan desde su adolescencia, con el paddle. “Me encantó desde la primera vez, me volví buena en eso. Jugué algunos que otros torneos”, recuerda. De a poco descubrió el mundo del deporte, algo desconocido para ella. “Cuando me casé, a los 21 años, mi marido era muy deportista, corría, jugaba tenis, golf, entre otros deportes y empezamos a practicar tenis juntos”, expresa. Con el apoyo de su esposo y actitud competitiva empezó a participar en las carreras de calle. “Me entusiasmé y me inscribí con una amiga para los 10 kilómetros”, rememora y agrega que pese a su ingenuidad en ese ámbito, le puso ganas para lograr su objetivo. “Me fue bien, para ser la primera vez. En ese entonces, no tenía idea si corrí bien o mal. Y creo que ahí me empezó mi pasión por este hermoso deporte que es el running“, menciona. Participó en cuantas carreras se organizaban, aunque no se creía muy capaz. “Creía que mi cuerpo hasta ahí podía llegar. Pero estaba equivocada, porque es la mente la que dirige al cuerpo”, refiere. Le alentaban para que participe en las maratones, pero ella se negaba y decía que era muy tarde para eso. “Estaba también equivocada. La edad no es ninguna limitación. Es más, el cuerpo no tiene límites”, enfatiza. Entusiasmada con las maratones, buscó un coach para ir mejorando, empezó con un entrenador de triatletas, Claudio Delpueche. A la semana ya tenía bici, entrenaba natación y running. “Creo que en dos meses estábamos haciendo triatlón, pero mis ganas de correr maratón seguían”, relata. Luego se presenta la oportunidad de correr la Maratón de New York. “Tanta fue mi suerte que hasta salí sorteada a pocas semanas de mi inscripción. Le consulté a mi amiga Mirtha Doldán, presidenta de PMC y que entendía de maratones, y me dijo sin duda eso es para vos. Tan emocionada estuvo que no solo me brindó su apoyo, sino me ofreció la oportunidad de representar al PMC, que para mí fue un honor como corredora amateur. Fue una experiencia inolvidable, correr mi primera maratón. Es considerada la mejor del mundo, puede ser muy sufrido por el clima, pero nada se recuerda cuando se cruza la meta con la bandera del país y te ponen la medalla de Finisher”, recuerda y expresa que la actividad es constante y que desde hace casi dos años entrena con la coach Silvana Rivarola, del Team TSC. SUPERACIÓN Y MOTIVACIÓN La cuarentena tampoco le fue fácil. “Fue muy duro. En el encierro casi me ahogo, la pasé muy mal, especialmente los primeros días. Se me sumaron problemas familiares, la empresa cerrada, despidos múltiples, ver a mi marido con mucha impotencia y sin poder hacer nada”, relata. Con el estrés y las inseguridades subió de peso y se sentía desganada. “Corría en la cinta, pero me cansaba, no era yo, la ansiedad me estaba ganando, fue muy duro”, recuerda. Con las noches de insomnio investigó sobre alimentación y vida sana. “Me dije: ‘No puedo seguir así o me hundía en la depresión o tenía que hacer algo positivo’. La cuarentena era el momento perfecto. Hace rato por el ritmo de vida que llevaba no me permitía quedar tanto tiempo en mi país y en casa”, cuenta. Por su estilo de vida le era imposible encontrar su peso ideal, a pesar de su rutina alimentaria y deportiva. Entonces se “alió con la cuarentena” y diseñó una rutina de alimentación sana, con asesoramientos respectivos. “No podíamos salir, no había viajes. Podía prepararme yo misma mis alimentos. Le saqué a mi cuerpo de su zona de confort, le di solo las calorías mínimas y necesarias. Y empecé a entrenar en casa. Como tenía tiempo me pasaba mucho en cinta o elíptica o cualquier movimiento que se me ocurría”, rememora y explica que gracias a eso volvió a su peso ideal. “Estoy con 55 kilos de los 64 que tenía cuando se inició la cuarentena”, cuenta. Renovada, feliz y con fuerza, comparte su experiencia a través de sus redes sociales, para alentar a no dejarse estar y emprender un nuevo estilo de vida. “Quiero motivar que sí se puede, compartir tips de alimentación, entrenamientos, recetas saludables. Si me quieren contactar o tienen alguna pregunta, son bienvenidos”, finaliza.


SALUDABLE. La empresaria Sara Allinquant comparte con ÚH su rutina deportiva, que se afianzó durante la cuarentena.