La situación se refleja cada día en las bolsas. Ayer las turbulencias fueron menores que en las jornadas en que el virus empezó a expandirse fuera de China, pero Asia sigue con pérdidas: Tokio bajó un 0,79 %; Hong Kong, un 0,73 %; Shanghái, un 0,78 %, y Seúl, un 1,28 %.
En China las cuarentenas impuestas para evitar el contagio y la reacción espontánea de la población en general, que renuncia a viajes o salidas, tienen el doble efecto de reducir el consumo interno y de alterar la cadena global de producción.
La agencia de calificación Moody’s comunicó ayer, por ejemplo, que prevé que las ventas mundiales de coches caigan este año un 2,5% por el coronavirus, en gran parte debido a un descenso del 2,9 % en el gigante asiático.
Además de cómo puede afectar el repliegue de un mercado de la importancia del gigante asiático, el coronavirus afecta a la economía global por el peso del sector manufacturero chino.
Los siguientes sectores más expuestos son, según un informe de Standard & Poors, la computación y electrónica, el equipamiento eléctrico y los automóviles.
En un editorial, el New York Times advertía el martes de que la cadena de distribución para medicamentos y otros productos como jeringuillas deben permanecer abiertos.
La pérdida de confianza está dañando ya particularmente al sector del turismo.
Las organizaciones mundiales de Turismo (OMT) y de la Salud (OMS) pidieron que la respuesta del sector al brote de coronavirus sea “medida, coherente y proporcionada” a la amenaza que supone para la salud pública. EFE
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