28 mar. 2024

El combate a la pobreza se estancó a pesar del crecimiento económico

Investigación de Cadep destaca que el modelo económico de escasa redistribución de la riqueza y basado en la agroexportación dificulta una mejora, en la calidad de vida de toda la población.

Verónica Serafini

Verónica Serafini

La investigadora del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep), Verónica Serafini, comparte con ÚH los detalles de su libro “Pobreza en Paraguay: crecimiento económico y conflicto redistributivo”, a ser lanzado el próximo jueves 13.

En ese marco, advierte que el combate a la pobreza en el país se estancó, a pesar del sostenido crecimiento económico de los últimos años.

La académica explica que la actual dependencia del dinamismo económico local a factores exógenos, como el clima y el comportamiento de los países vecinos, es un resultado del modelo económico de escasa redistribución de la riqueza y basado en la agroexportación, una actividad a la que considera poco diversificada y con escaso valor agregado.

Recalca que esto desemboca en ingresos laborales bajos e inestables, con lo cual también la disminución de la pobreza es mínima y sumamente volátil. Recuerda que la reducción de la pobreza de ingreso puede realizarse por dos vías: crecer o redistribuir mejor; en general, reconoce que ningún país del mundo lo ha hecho solo creciendo o solo redistribuyendo, y que mayoritariamente se reduce la pobreza con acciones combinadas de crecimiento y redistribución.

“Paraguay redujo la pobreza de ingreso (medida por la línea de pobreza) por ambas vías. El crecimiento fue alto; sin embargo, la reducción de la pobreza fue lenta y desde hace unos años está estancada. Esto tiene que ver con el poco efecto multiplicador del crecimiento en el empleo de las personas adultas. A pesar de que en los últimos años tuvimos un crecimiento promedio del 3%, el milagro latinoamericano para algunos, la reducción de la pobreza se estancó”, señala.

Menciona que el efecto redistributivo también fue mínimo. “Al tener un sistema tributario basado en impuestos indirectos y un gasto público, incluyendo el gasto tributario con muchos privilegios para el 5% más rico, con pocos recursos dirigidos a políticas que llegan a la población en situación de pobreza, la política fiscal no es redistributiva”, agrega.

Sostiene además que las recaudaciones tributarias de Paraguay son “tan bajas” que no se logró universalizar ni siquiera la educación media o el acceso a la salud, componentes a los que colocan como centrales del capital humano, necesarios para que la población tenga mejores empleos y se garantice un crecimiento sostenible a largo plazo.

En cuanto a la situación fiscal, advierte que la realidad es compleja: sin recursos tributarios suficientes, se tuvo que aumentar el endeudamiento más rápido que la capacidad de pago, lo que llevó a pagar deuda con más deuda. “Al no contar con recursos, es casi imposible implementar políticas de amplio alcance (universalizar la educación escolar básica, acceso a la salud), implementar políticas industriales, ya que allí es donde se absorbe más empleos de calidad, mejorar infraestructura para aumentar la productividad y la competitividad, y sostener un crecimiento más inclusivo y a largo plazo”, asevera.

Finalmente, apunta que los principales obstáculos están en la ausencia de un contrato social efectivo, a pesar de que la Constitución Nacional refleja un contrato social donde el trabajo decente, la salud, la educación y la igualdad ocupan un lugar relevante.

“En la realidad esto no se da por la existencia de una clase política corrupta, sin compromiso con el país y una élite que solo presiona por mantener sus privilegios de corto plazo, porque a largo plazo no le beneficia ni a ellos ni al crecimiento económico. Un país con pobreza y todo tipo de desigualdades: económicas, de género, etaria, étnicas. Ningún país del mundo se ha desarrollado en este contexto de pobreza y desigualdad”, concluye.

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