24 abr. 2024

El caso Ronaldinho saca a luz la corrupción y la informalidad

El escándalo mundial desatado a raíz de la detención del ex astro brasileño del fútbol Ronaldo de Assis Moreira, Ronaldinho, por haber ingresado al Paraguay con un pasaporte y una cédula de identidad adulterados, al igual que su hermano Roberto, vuelve a traer al tapete la existencia de una mafia que falsifica documentos con suma facilidad, de la cual se han beneficiado reiteradas veces muchos delincuentes internacionales para hallar refugio en nuestro país. El bochorno internacional debe servir para que se haga una investigación a fondo, con el castigo severo de todos quienes resulten responsables, pero principalmente para poner fin a un sistema que nos deja como una nación muy poco seria ante el mundo.

Desde la época de la dictadura stronista, cuando un criminal de la Segunda Guerra Mundial como el prófugo internacional y tristemente célebre Ángel de la Muerte, el médico nazi Josef Mengele, obtuvo con mucha facilidad la ciudadanía paraguaya y una cédula de identidad, nuestro país empezó a ganar fama como un territorio en donde era muy fácil conseguir documentación para amparar a quienes cometían actos ilícitos.

Otros criminales famosos que obtuvieron documentos y nacionalidad paraguaya en los años 70 fueron los australianos Alexander y Thomas Barton, prófugos de la justicia de su país por estafas y operaciones ilícitas.

Tras la caída de la dictadura, la producción de documentos falsificados, lejos de disminuir, se fue intensificando mucho más. Durante la década de los años 90 y 2000 fueron famosos los casos de los llamados “chinos rojos”, procedentes del país asiático bajo régimen comunista, que accedían ilegalmente a pasaportes paraguayos para luego viajar a los Estados Unidos. Se denunció que toda una red mafiosa, integrada por policías y funcionarios de Identificaciones, Migraciones y de la propia Cancillería, estaba implicada.

También han sido numerosos los casos de capos narcotraficantes de organizaciones criminales brasileñas, como el Comando Vermelho (CV) y el Primer Comando de la Capital (PCC), que se refugiaron en el Paraguay con cédulas de identidad y pasaportes otorgados aquí por el Departamento de Identificaciones, incluso con nombres cambiados o identidades falsas. Uno de los casos más célebres fue el de un productor ganadero brasileño que tenía una estancia en la zona de Concepción y fue socio de la Asociación Rural del Paraguay, con el nombre Ronaldo Alves do Santos, hasta que en 2005 la policía brasileña descubrió que en realidad era un gran capo narco buscado por la justicia del vecino país, Arnaldo Moreira de Macedo, con documentos paraguayos.

Mas recientemente, fue notorio el caso del doleiro o lavador de dinero brasileño Darío Messer, actualmente preso por el sonado escándalo del Lava Jato en Brasil, quien obtuvo documentos locales y la nacionalidad paraguaya en abril de 2017, con la firma de varios ministros de la Corte Suprema de Justicia. Messer, con estrecha amistad con el entonces presidente de la República Horacio Cartes, permaneció oculto en nuestro país, protegido por amigos de poder, mientras la Justicia lo buscaba.

En el caso Ronaldinho son varias las preguntas que deben ser respondidas. ¿Por qué si se detectó la irregularidad en el momento del ingreso en el aeropuerto, no se actuó enseguida? ¿Por qué la Fiscalía, la Policía y el Ministerio del Interior recién actuaron a la noche, cuando ya tenían la información a la mañana? Las acusaciones y la renuncia del director de Migraciones, Alexis Penayo, por este caso, agregan la presunción de que se ocultan datos y se protege a personas en este caso.

El bochorno internacional debe servir para que se haga una investigación a fondo, con el castigo severo de todos quienes resulten responsables, pero principalmente para poner fin a un sistema delictivo que nos sigue dejando como una nación muy poco seria ante el mundo.

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