El coronavirus ya ha contagiado a más de 150 millones de personas en todo el mundo, y tan solo en Brasil se cobró más de 400.000 vidas, todo un contraste con Estados Unidos, donde ayer viernes se anunció que más de 100 millones de personas fueron vacunadas completamente.
En este momento, el número de nuevos casos diarios ronda los 820.000, un nivel sin precedentes desde el inicio de la pandemia, debido fundamentalmente a India, que en los últimos siete días ha registrado 2,5 millones de infectados. En todo el mundo, la pandemia ya se ha cobrado 3,1 millones de vidas.
En Brasil, el Gobierno anunció el jueves que había habido más de 3.000 muertes en 24 horas y ya se han superado oficialmente los 400.000 decesos. “Tuvimos un impacto importante de las nuevas variantes, como la P1”, explicó la epidemióloga Ethel Maciel, de la Universidad de Espíritu Santo (UFES). Más contagiosa y bajo sospecha de ser más severa, esa variante surgió en la Amazonía, se expandió en todo Brasil y llevó a muchos países a cerrar sus fronteras con el gigante sudamericano.
La lentitud en la vacunación y las deficiencias en la gestión del gobierno de Jair Bolsonaro —quien minimizó la campaña y se opuso a confinamientos y medidas de distanciamiento social— son señaladas como causas importantes de este desastre humano y sanitario. La semana pasada, una comisión parlamentaria fue instalada en el Senado para investigar la gestión de la crisis por parte de Bolsonaro y su gobierno, en el cual se sucedieron cuatro ministros de Salud desde el inicio de la pandemia.
“Los responsables de ese genocidio tienen nombre. Bolsonaro abrió la casa y recibió al Covid-19 con hospitalidad. Trató al virus como un aliado. Y deberá pagar por haber atentado contra el pueblo brasileño”, escribió en Twitter el ex presidente Lula da Silva. AFP