15 jun. 2025

El Ballet Nacional baila al ritmo de la crisis económica

El Ballet Nacional del Paraguay nació hace 15 años y a varios continentes llevó en un lenguaje contemporáneo la danza del Paraguay. Hoy la historia es diferente: las carencias amenazan con devorarlo.

Por Roberto Gómez Palacios
rogomez@uhora.com.py

Hace poco más de dos décadas no se conocían en el país otros estilos de danza que no fueran la clásica y la folclórica. La danza contemporánea era altamente explotada en el exterior, por lo que un grupo de bailarines y bailarinas de Asunción, preocupados por evolucionar en su arte, se agruparon para formar la Fundación Pro Ballet.
La misma comenzó a trabajar en 1986 con Graciela Meza, Elizabeth Arzamendia, Maribet Brizuela, Diana Ivanauskas, bailarinas y bailarines, con la idea fue introducir en la danza un lenguaje más contemporáneo.
La Fundación buscó padrinos que puedan solventar algunas puestas, y como lo consiguieron eso motivó a que cuatro años después elaboraran el proyecto de crear el ballet representativo del Paraguay, el cual fue presentado en 1990 al entonces Ministerio de Educación y Culto (MEC).
El pedido fue aprobado en el 91, y en febrero del siguiente año nació el Ballet Nacional del Paraguay, que en 15 años de existencia recorrió países de todo el mundo en los que fue valorado por la crítica internacional.

LA OTRA CARA. La compañía ganó premios y reconocimientos, tuvo sus años de gloria, pero hoy la historia ya no tiene color de rosa. Las “Temporadas de Gala”, los ciclos llamados “Danza Joven” y las actuaciones en ciudades del interior se ven limitadas por la falta de recursos.
Los bailarines ya no viajan a especializarse en el extranjero, ni los profesores de otros países vienen porque si bien las embajadas en Paraguay ofrecen traerlos, el Ballet debe encargarse de darles alojamiento y alimentación.
“La situación económica ya no es la misma de antes y a Pro Ballet le cuesta recibir apoyo privado. Es triste, pero esa es nuestra realidad”, indica la directora del Ballet Nacional, Lorena Sarubbi.
El elenco debe contentarse con 13 bailarinas y bailarines cuyos sueldos no supera el mínimo. “No se pueden hacer tantas cosas con tan poca gente, y eso que ahora están surgiendo nuevas figuras de la danza. Nos encantaría contratar a muchos de ellos pero no tenemos dinero”, cuenta la coreógrafa Gloria Oviedo.
A pesar de los problemas, el plantel quiere celebrar como se debe los 15 años del Ballet Nacional, pero otro problema sorprende a sus directivos. “Solicitamos el Teatro Municipal para una breve temporada a mediados de este año, para montar una gran obra y celebrar con ella los 15 años. Lo que nos pone tristes es que quieren darnos sólo una fecha, en diciembre, y si es así tendremos que desistir”, añade Sarubbi.

Perdidos en una maraña burocrática

El Ballet Nacional es un elenco profesional y ensaya en el Banco Central del Paraguay. El dinero que recibe del MEC es de 31 millones por mes, con lo que pagan sueldos a coreógrafos, cuerpo de ballet, maestros de ensayos y de técnica clásica y contemporánea.
No queda para más, ni siquiera para contar con una línea telefónica para hacer llamadas desde la oficina.
Tanto el Ministerio de Educación como la fundación Pro Ballet se comprometieron en trabajar en conjunto, pero la “anécdota del año” es que ahora, como Cultura se dividió del Ministerio de Educación, el ballet queda sin saber a cuál pertenece.
Los altibajos están más presentes que nunca. Educación quiere desentenderse del ballet y Cultura añade no estar capacitada para hacerse cargo del mismo.
Esta confusión genera que no se pueda solicitar más rubro, por lo que no pueden contratarse más bailarines ni jugarse en montar puestas que puedan asombrar por su infraestructura.
“Sin el dinero que recibimos no podríamos seguir, aunque es muy poco y nos falta dinero. Ni representar al país podemos en eventos internacionales porque no nos alcanza nada, y eso es una pena porque es Paraguay el que se queda en el atraso, sin buenos representantes”, apunta entristecida Lorena Sarubbi.