Hoy meditamos el Evangelio según San Juan 13:16-20. El papa Francisco a propósito del Evangelio de hoy, dijo: “El amor, pues, es el servicio concreto que damos los unos a los otros. El amor no es solo palabras, son obras y servicio; un servicio humilde, hecho en el silencio y en lo escondido, como Jesús mismo ha dicho: “Que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha” (Mateo 6:3).
Esto implica poner a disposición los dones que el Espíritu Santo nos ha donado, para que la comunidad pueda crecer.
No olvidemos que lavando los pies a sus discípulos y pidiendo a ellos hacer lo mismo, Jesús nos ha invitado también a confesar mutuamente nuestras faltas y a rezar los unos por los otros para sabernos perdonar de corazón.
En este sentido, recordemos las palabras del santo obispo Agustín, cuando escribía: “No desprecie el cristiano de hacer lo mismo que hizo Cristo. Porque, cuando el cuerpo se inclina hasta los pies del hermano, también en el corazón se enciende, y si ya estaba, se alimenta el sentimiento de humildad.
Perdonémonos mutuamente nuestras faltas y oremos juntos por nuestras culpas y así, de este modo nos lavaremos los pies recíprocamente”.
El amor, la caridad y el servicio, ayudar a los demás, servir a los otros. Hay tanta gente que pasa la vida así, en el servicio a los demás.
La semana pasada he recibido una carta de una persona que me decía que me agradecía por el Año de la Misericordia; me pedía orar por ella, para que pudiera estar más cerca del Señor.
La vida de esta persona era cuidar a la mamá y al hermano; la mamá en cama, anciana, lúcida, pero no se podía mover y el hermano, discapacitado, en una silla de ruedas. Esta persona, su vida era servir, ayudar. ¡Y esto es amor! Cuando te olvidas de ti mismo y piensas en los demás: ¡Esto es amor!
Por lo tanto, queridos hermanos y hermanas, ser misericordiosos como el Padre, significa seguir a Jesús en el camino del servicio. Gracias”.
(frases extractadas de https://www.pildorasdefe.net)