“Los derechos humanos deberían tener un rol importante en la atribución de torneos. Cuando un país obtiene la organización, mientras que sobre ese punto tiene mala imagen, nos preguntamos sobre qué criterios se ha decidido. No debería volver a pasar en el futuro”, expresó Lahm. “Los derechos humanos, la sostenibilidad, el tamaño del país... Todo eso aparentemente no ha tenido peso” en la decisión de la FIFA en diciembre de 2010, añadió. “Prefiero seguir el torneo desde mi casa”, finalizó.