22 may. 2025

El acostumbramiento y la tibieza; el engaño de edificar sobre arena

“No todo el que me dice: ’Señor, Señor’, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre, que está en los cielos” (Mt 7,21). Estas palabras de Jesús, al comienzo del evangelio de la Misa, ponen de manifiesto, en primer lugar, la existencia de un plan de Dios al que desea sumarnos; y, al mismo tiempo, nos revela la posibilidad siempre presente de que rechacemos en nuestra vida ese designio.

“Dios nos eligió antes de la creación del mundo para que fuéramos santos y sin mancha en su presencia, por el amor” (Ef 1,4).

Sin embargo, conforme pasan los años, en el camino puede manifestarse un cierto acostumbramiento, una rutina opaca que nos lleva a la tibieza...

San Josemaría se adelantaba ante esta posible situación y nos animaba a intensificar nuestra oración.

“Me duele ver el peligro de tibieza en que te encuentras cuando no te veo ir seriamente a la perfección dentro de tu estado. –Di conmigo: ¡no quiero tibieza!: “confige timore tuo carnes meas!” –¡dame, Dios mío, un temor filial, que me haga reaccionar!”.

En el Evangelio de hoy, Jesús recurre a un ejemplo gráfico para caracterizar la conducta de quien no ha descubierto la grandeza de la voluntad de Dios para su vida: “Es como un hombre necio que edificó su casa sobre arena; y cayó la lluvia y llegaron las riadas y soplaron los vientos: se precipitaron contra aquella casa, y se derrumbó y fue tremenda su ruina” (Mt 7,26-27).

Aunque a veces no resulte evidente, edificar sobre roca firme –sobre Dios– puede ser incluso más sencillo. En cambio, la vida de la persona tibia que construye sobre arena puede parecer en teoría más fácil...

“Buscar al Señor mientras se deja encontrar, invocadlo mientras está cerca”. Buscar al Señor en la oración y restablecer el diálogo personal con Él nos aleja de la tibieza. “Et in meditatione mea exardescit ignis y, en mi meditación, se enciende el fuego. A eso vas a la oración: a hacerte una hoguera, lumbre viva, que dé calor y luz”.

Ese diálogo íntimo con Jesús nos impulsará a reforzar el cambio que deseamos para nuestra vida; nos moverá a sintonizar con los deseos de Dios y a orientar nuestra vida junto a Él.

(Frases extractadas de https://opusdei.org/es-py/article/meditaciones-jueves-primera-semana-adviento/)