Por medio de este sistema, la Subsecretaría de Estado de Tributación (SET) busca que en un periodo aproximado de 5 años, se supriman las facturas impresas y se pase al modo electrónico.
Los documentos que se emitirán electrónicamente, según refiere el decreto, son los comprobantes de venta (factura, factura de importación y exportación), documentos complementarios (nota de crédito, nota de débito), notas de remisión y comprobantes de retención.
Piloto. La SET aclaró que la facturación electrónica no será implementada de una vez para todos los contribuyentes, sino que se comenzará a utilizar de forma gradual.
El director de Asistencia al Contribuyente, Roberto Castillo, explicó que este proceso tiene tres etapas. La primera es la fase piloto, donde unas 15 a 20 empresas empezarán a implementar este mecanismo de forma experimental. Durará entre 6 a 8 meses y se iniciará en el 2018.
La segunda es la fase de voluntariedad, donde la SET pone a disposición de los aportantes las especificaciones técnicas, para que los interesados se adhieran al sistema por voluntad propia. Esta etapa se iniciaría en 2019.
La tercera es la fase de la obligatoriedad. En este periodo, que se iniciaría en 2021, la Administración Tributaria determinará los contribuyentes que deberán pasarse a la modalidad electrónica.
Castillo indicó que a fin de año, la SET sacará una resolución reglamentaria donde se estarían estableciendo los criterios técnicos y funcionales, para que las empresas vayan asimilando el costo, las ventajas y los cambios que deben realizar.
No obstante, agregó que los facturadores electrónicos sí deberán emitir un comprobante impreso a los consumidores que no son contribuyentes.
Ventajas. Según la SET, este sistema permitirá una mayor formalización de la economía y dará mayor agilidad a los trámites. Para los contribuyentes significará un ahorro importante, evitando gastos en papel, impresión y conservación de las facturas. Por último, para la SET, representa un mejor control y un aumento en su recaudación.
