Estados Unidos y China se enfrentaron ayer en inusuales conversaciones cuando el presidente Joe Biden hacía su debut internacional en la cumbre del G7, con su administración presionando a Pekín sobre la relación con Taiwán, el origen del Covid-19 y los derechos humanos.
El secretario de Estado, Antony Blinken, que acompañó a Biden a la cumbre de las democracias industriales en Inglaterra, habló por teléfono con su homólogo chino, Yang Jiechi. Fue su primera conversación desde un acalorado encuentro en persona en Alaska en marzo.
Mientras Biden aprovechaba su primer viaje presidencial al extranjero para desvelar un plan masivo de compra y distribución de 500 millones de dosis de vacunas anti-Covid en todo el mundo, Blinken renovó la presión de Estados Unidos sobre China sobre los orígenes de la pandemia, que ha matado a más de 3,7 millones de personas.
Blinken subrayó la importancia de la cooperación y la transparencia respecto al origen del virus, incluyendo permitir que expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) vuelvan a China, según el Departamento de Estado estadounidense.
Yang, de su lado, dijo a Blinken que la teoría de que el Covid-19 surgió de un laboratorio es “absurda”, según la red estatal de TV China Global. “Demandamos al lado estadounidense respetar los hechos y la ciencia, no politizar el origen y poner atención a la cooperación internacional contra la pandemia”, Yang.
Biden ordenó a sus servicios de inteligencia un informe para finales de agosto para establecer si el Covid-19, detectado por primera vez a finales de 2019 en la ciudad china de Wuhan, surgió de una fuente animal o de una fuga de laboratorio.
El ex presidente Donald Trump esgrimía la teoría de la fuga de un laboratorio, pero fue ampliamente descartada pues muchos creyeron que buscaba desviar las críticas sobre su propia gestión de la pandemia.
Sin embargo, Biden considera necesario un estudio más profundo después de criticar a Pekín por no dar más acceso a una investigación de la OMS.
La teoría del laboratorio indignó a Pekín, que trata de presentarse ante el mundo como el país que logró un modelo sobre cómo contener el virus. Yang, un alto miembro del politburó que desde hace tiempo lidera la gestión de las relaciones de Pekín con EEUU, renovó las denuncias contra Washington mientras Biden se reunía con los líderes de otros países del G7.