No solo fueron los cuatro goles, el último de ellos convertido de manera agónica para igualar las cifras 2-2, sino el mismo trámite intenso del encuentro, los que hicieron de Ecuador-Venezuela un partido harto interesante para los espectadores que lo hayan visto ayer, en el frío anochecer dominical.
Dos veces tuvo que remar de atrás Venezuela en el marcador, un equipo que, con dos puntos y tres partidos, todavía tiene posibilidades de clasificar, a pesar de haber llegado al torneo muy diezmado y que a estas alturas tenga más de un equipo entero enfermo por Covid-19.
Ayrton Preciado abrió la cuenta a los 39’ y, aunque las acciones parecían favorecer a una Ecuador más entera, una guapa Venezuela sacó valentía de flaquezas, por segunda vez si contamos el partido contra Colombia, y empató el juego por medio de Edson Castillo seis minutos después de comenzado el segundo tiempo. Otra vez Ecuador golpeó por medio de Gonzalo Plata a los 71’, pero cuando los mismos ecuatorianos creyeron haber tenido el lance amarrado a su favor, Ronald Hernández trajo desde el banco el empate un minuto más allá de los 90 y con cabezazo certero y cruzado decretó que Venezuela siga viva y, sobre todo, digna.
Ronald Hernández
Entró, jugó bien, pero sobre todo marcó el gol en las postrimerías del juego y, mediante eso, da esperanza a la Vinotinto.