La medida de emergencia por 60 días, en vigencia desde el sábado en las costeras Guayas, Manabí y Esmeraldas (esta última, fronteriza con Colombia), incluye el toque de queda durante las noches para las áreas con mayor violencia de localidades como el puerto de Guayaquil, núcleo comercial del país.
La fuerza pública incursionó en convulsas y deprimidas zonas, donde el acceso era difícil para los agentes.
El gobernador de Guayas (cuya capital es Guayaquil), Pablo Arosemena, dijo a la AFP que la prioridad es restablecer el orden en las áreas bajo control de mafias. “Necesitamos intervenciones prolongadas y sostenidas para que los índices de inseguridad se estabilicen y decrezcan durante el estado de excepción”, anotó.
Operativos se cumplieron el sábado en el empobrecido Guasmo, en el sur de Guayaquil. “Esperamos que ellos (militares y policías) ayuden a limpiar la ciudad de tanta gente mala”, dijo Mercedes Ortiz, de 67 años, en la puerta de su vivienda. AFP