De acuerdo con los últimos datos oficiales del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y el Banco Central del Paraguay (BCP), la economía muestra una expansión moderada, sostenida principalmente por sectores no agrícolas, en un contexto de menor impacto de la sequía, con una inflación controlada y un dólar que se mantiene relativamente estable.
El Indicador Mensual de la Actividad Económica del Paraguay (Imaep) de abril destaca un crecimiento interanual del 3,3%, mientras que acumula una expansión del 4,9% en el primer cuatrimestre.
Uno de los indicadores más relevantes es el Estimador de Cifras de Negocios, que señala que en abril las ventas crecieron 3,7% frente a 2024 y acumula una expansión de 6,4% impulsado por sectores como el comercio, la manufactura y los servicios.
Esta tendencia también se refleja en el Índice de Confianza del Consumidor, que volvió a entrar en zona de optimismo en mayo, al ubicarse en 53,46 puntos.
En medio de este escenario, el BCP ajustó al alza su proyección de crecimiento para 2025, llevándola de 3,8% a 4%, al igual que el Banco Mundial, que elevó a 3,7% del PIB su proyección.
También se suma el déficit fiscal acumulado, que en lo que va del año se redujo a USD 153 millones, equivalente al 0,3% del PIB, con dos meses consecutivos de superávit, aunque este ajuste no logra disipar del todo las presiones estructurales, como las transferencias crecientes a la Caja Fiscal, cuyo déficit acumulado a abril es ya de G. 814.300 millones.
Gasto. El gasto público, por su parte, creció 6,6% interanual a mayo, con un fuerte peso en el pago de los salarios y la deuda, la cual ascendió a USD 19.064 millones en abril, representando el 41,3% del PIB, con un pago que ya es mayor en un 25% frente al mismo periodo de 2024.
Esta presión creciente de los compromisos asumidos, sobre todo en el ámbito externo, junto con un presupuesto que ya fue ampliado en USD 337 millones para llegar a G. 77 billones, plantea un escenario fiscal que exige prudencia en la segunda mitad del año.
El economista Rodrigo Ibarrola destacó que la macroeconomía se sitúa en un escenario positivo moderado y vaticinó que sí se espera llegar a la meta del déficit fiscal de 1,9% del PIB en 2025, así como a una expansión de entre 3,5% a 4%.
“Estamos bien dentro de nuestros parámetros. Para mí la economía va en piloto automático. Siempre va a una velocidad. No hay ningún avance significativo ni un retroceso. ¿Cuándo vamos a llegar? No sabemos. Probablemente, no lleguemos tampoco, pero estamos bien dentro de lo normal y lo esperado”, apuntó el especialista.
En tanto, con respecto a la deuda pública, advirtió de la necesidad de apuntar a una reforma, ya que los intereses van en aumento, además de que este rubro presiona a las finanzas y hace que se tengan que sacrificar sectores claves como salud y educación.
“El tema de la deuda sí puede ser un problema en el mediano plazo, si es que no se hace alguna reforma estructural. (…). Las tasas de política monetaria de EEUU se mantienen altas, entonces los intereses se mantienen relativamente altos. El año pasado ya el pago de interés solamente fue mayor a la inversión realizada por el gobierno, y ahora sigue creciendo. Entonces, ¿qué implica eso? Que el pago de intereses ingresa como gasto corriente a todo el presupuesto. El año pasado, USD 900 millones se pagó en interés solamente y este año se prevé pagar USD 1.000 millones en intereses por lo bajo. USD 1.000 millones es el presupuesto del Ministerio de Educación y de Salud”, ponderó.
También alertó respecto a la urgencia de abordar la situación de la energía eléctrica, que se aproxima hacia niveles de desabastecimiento. “Nuestra energía no va a estar disponible. Con el aumento del consumo, para 2030, o un poquito más, vamos a consumir la energía que decíamos que nos sobra”, refirió.
En cuanto a las exportaciones, que se redujeron un 9,1% interanual hasta mayo, al pasar de USD 7.154 millones en 2024 a USD 6.499 millones este año, principalmente por menores ventas de energía eléctrica, granos y harina de soja, que conforman los principales rubros de exportación del país, Ibarrola señaló que también es uno de los principales focos de vulnerabilidad de la economía.
“Crea un desequilibrio en el tipo de cambio porque hay menos dólares circulando. Si cae mucho, sí tiene impacto en nuestro PIB porque es una porción importante. No precisamente por lo que representa ese producto exportado en sí, sino por toda su cadena”, concluyó.
Durante la reciente presentación de la Situación Financiera del Estado, el viceministro de Economía y Planificación del MEF, Felipe González, destacó que, pese a factores como la sequía y la reducción en los envíos, la economía mantiene un ritmo de crecimiento en torno al 4%, lo cual considera positivo, especialmente porque sectores como servicios, construcción e industria están actuando como motores alternativos de la actividad. Añadió que, a diferencia de años anteriores, la agricultura ya no arrastra a toda la economía, y que incluso se vislumbra la posibilidad de mantener o incluso superar el crecimiento del 4% proyectado por el BCP, debido a las sorpresas positivas en el comportamiento del clima y la producción. “Si bien en años anteriores la sequía quizás arrastraba toda la actividad económica en su conjunto, hoy estamos viendo que existen otros sectores como los servicios, la construcción, la industria, que están impulsando la actividad económica. Eso se ve en el indicador mensual del BCP, que excluye justamente a la agricultura y que estamos viendo que crece inclusive por encima del 4%. Y en línea para adelante también las últimas noticias que muestran que el impacto de la sequía fue menor al peor escenario que estaban esperando los productores, entonces estamos viendo que para adelante, dadas estas noticias, se mantenga la previsión de crecimiento del 4% y que inclusive podría estar por encima del 4%”, apuntó González. Esto también ya había sido señalado previamente por el propio ministro de Economía, Carlos Fernández.