Los disparos de cohetes contra intereses de EEUU en Irak han dejado en una situación extremadamente incómoda al Gobierno de Bagdad e incrementan la tensión por el pulso con Teherán, señalan expertos.
Nadie reivindicó estos disparos, pero el origen de uno de ellos fue localizado por observadores en la zona en la que actúan grupos armados cercanos a Irán, peso pesado en la región. Este país, chiita como Irak, se encuentra en plena escalada con EEUU, gran aliado de Bagdad.
Casi todas las noches desde el viernes, uno o dos cohetes han caído en bases donde están apostados soldados estadounidenses, desde Bagdad hasta Mosul, en el Norte.
El martes por la noche, el primer ministro iraquí Adel Abdel Mahdi indicó que estaba prohibido para cualquier fuerza actuar fuera del marco de las tropas gubernamentales. “No dejaremos que esto continúe”, señaló.
Señal para Washington. Su advertencia no tuvo efecto y apenas unas horas más tarde nuevos cohetes cayeron sobre complejos petroleros en la provincia de Basora, donde operan empresas estadounidenses de servicios así como el gigante del oro negro, Exxon Mobil. En esta provincia, las compañías estadounidenses, que hacen frente ya desde hace mucho tiempo a los conflictos tribales y a otros tiros de cohetes vinculados con diferendos locales, se pusieron “en estado de alerta roja”. “Los ejecutivos extranjeros parten hoy y mañana de Irak”, afirma una fuente, precisando que es la segunda vez desde mediados de mayo que se activa este dispositivo.
Para Fanar Haddad, especialista de Irak en la universidad de Singapur, el momento de estos ataques y el contexto regional muestran un vínculo con las crecientes tensiones entre Irán y EEUU. “Es una forma para Irán de demostrar los medios de presión de los que dispone en Irak”, explica este investigador. “Sin causar daños importantes, envía la señal a EEUU y a los otros de que puede responder”.
Ataque a petroleros. El ejército estadounidense hizo ayer en Emiratos Árabes Unidos, acusaciones más específicas contra Irán por el ataque al busque cisterna japonés “Kokuka Courageous”, asegurando que halló indicios materiales y huellas dactilares que demostrarían la implicación de Teherán.
Sus expertos recuperaron huellas dactilares y de manos de las personas que colocaron esas minas, agregó en una conferencia de prensa organizada por la marina estadounidense en Fuyaira, el puerto de los Emiratos Árabes Unidos donde tiene una base naval y donde está anclado el “Kokuka Courageous”.