Simbólicamente, en vísperas de un nuevo aniversario del histórico alzamiento liberal del 18 de octubre de 1890, el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, realizó una visita a la sede del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) para sostener una conversación oficial con su ex adversario en las últimas elecciones presidenciales, el titular del principal partido de la oposición, Efraín Alegre.
La presencia del mandatario, perteneciente al centenario Partido Colorado, a la casa del otro partido igualmente tradicional implica un gesto de apertura y de predisposición al diálogo que resulta poco usual en la política paraguaya, principalmente porque la conversación mantenida entre ambos referentes permite destrabar prejuicios y enconos instalados tras las últimas elecciones e iniciar el debate acerca de la necesaria reforma del Poder Judicial y del sistema electoral.
Los mensajes emitidos acerca del compromiso que asumieron ambos líderes para generar los consensos que el país requiere para salir adelante aportan un panorama esperanzador, aunque han surgido críticas desde algunos sectores que temen la reedición del recordado “pacto azulgrana” que protagonizaron en los años 90 el entonces presidente Juan Carlos Wasmosy y el líder liberal Domingo Laíno, que si bien permitieron conquistar importantes avances políticos, también tuvieron efectos cuestionados, como el establecimiento de un cuoteo político para integrar a los miembros de la Corte Suprema de Justicia y otros organismos.
Para evitar que el proceso de concertación iniciado por Abdo Benítez y Alegre derive en los mismos vicios que tuvieron aquellos anteriores acuerdos, será interesante convocar al diálogo también a otras fuerzas políticas y sobre todo asumir los acuerdos que se logren de manera abierta y transparente, con participación de la ciudadanía.
La dinámica de acercamiento que se está impulsando desde el Poder Ejecutivo implica un viraje para un cuestionado estilo de gobernar, que hasta ahora ha estado más signado por la competencia y los enfrentamientos. En ese sentido, también se debe destacar la visita que el presidente Abdo Benítez realizó ayer jueves al intendente municipal de Asunción, Mario Ferreiro, surgido de una alianza opositora, encuentro en el que acordaron realizar obras que beneficiarán a toda la ciudadanía.
La convocatoria a debatir la necesaria reforma judicial y electoral a partir del acercamiento entre ambas principales fuerzas políticas es un signo de madurez que resulta positivo para la democracia, aunque cabe lamentar que ese mismo espíritu de diálogo no se haya podido dar aún al interior del coloradismo, que continúa fuertemente dividido. Es tiempo de construir un mejor país con la madurez política de sus principales dirigentes.