08 ago. 2025

Desesperanza

A poco más de una semana de otra elección general, no faltan los profundos análisis, de conspicuos estudiosos, así que poco queda por decir para aquellos como yo que simplemente fueron a cumplir su obligación esperando algo más. Sin embargo, de pronto recuerdo que la anomia y la abulia siempre estuvieron ahí, que existe un aparato estatal que coacciona a muchos, que, al decir de un ilustre colega, “el hombre de los negocios redondos” nunca se fue y seguirá en el mismo lugar.

Serán cinco años más de inseguridad, y ya no podemos salir simplemente para pasearnos porque la ciudad no lo permite con su absoluta falta de estética y cuidado, ni siquiera Asunción del Paraguay. ¡Ah, cierto, el mismo partido desgobierna la capital del país! Menos mal que es el centro de la República.

Nos aguarda un lustro más de inversión mínima en educación, porque no les conviene alfabetizar a los electores. No les importa instruir a los habitantes. Ellos seguro tienen recursos para ofrecer una formación distinta a sus retoños, aunque los valores queden sin ser inculcados, o cada uno tenga su ética, como lo dijo un ilustre representante del Consejo de la Magistratura con permiso.

Se viene un puñado de años de falta de salud, que sufre de hecho con las nuevas autoridades electas, porque recordemos que prefirieron dejar sin cuórum una sesión antes que aprobar recursos para los pacientes con cáncer, claro, la enfermedad te ofrece tiempo para esperar. Hostiles representantes del pueblo. Sin embargo, que las excepciones sepan que están ahí y no por la generalización dejen de luchar.

“Sin odio ni rencor, pero espacio para la memoria”, dijo. También que se llega a los cargos “principalmente gracias al Partido Colorado”, o “los que llegan a los cargos llegan gracias al Partido Colorado”. Y lo dijo un colorado de cuna, afiliado desde la mayoría de edad, por supuesto, con convicción, sin haber sido obligado a formar parte de las huestes republicanas por un cargo precisamente. Dónde quedará espacio entonces para las demás agrupaciones partidarias. Observo reminiscencias dictatoriales, y hasta se parece porque un solo partido prácticamente copa casi todo desde hace décadas. Qué pasará con aquellos de trabajosa preparación intelectual, quienes se han pasado intentando estar a la altura académicamente, en un país que poco ofrece para ello.

Y no vengan a subrayar que hubo malas interpretaciones. Han perdido toda vergüenza. Nos están tratando de célebres incultos por no entender una simple frase, eso invalida entonces hasta el voto. Creo que unos sabemos bien lo que escuchamos, lo que leemos. Qué les cuesta rectificar el camino, pedir disculpas sin temor a la impopularidad partidaria.

A través del horizonte veo a las hordas propugnando pocas reformas, el malgasto presupuestario, la deuda pública, consumiendo a los pobres contribuyentes, pagando por ejemplo la maltrecha Caja Fiscal, los privilegios de unos pocos que andan en vehículos blindados sin saber cuál es la verdadera realidad en la calle. Leo de vuelta “abroquelados” como sinónimo de impunidad en los titulares de las noticias. Deseo vivamente que la Justicia sí cumpla su papel de una buena vez.

Sí, es la desesperanza, el estado de ánimo tras otra elección general.

Aunque cueste el cambio, al menos la alternancia entonces. No es sana para las instituciones tanta hegemonía de una sola agrupación política. El resultado está a la vista, sin servicios básicos como agua en varias partes del país, sin seguridad social para tantos, por citar solamente algunas precariedades más.

Recuerde, señor presidente electo, usted tuvo una aplastante victoria con el 42,74% de los votos, pero el resultado muestra que eso representa apenas el 27,01% del electorado, no se deje engañar por los guarismos o cosas como el PIB. Hoy es un día de desesperanza, pero quizás el tiempo se encargue de proponer que lo deseado es de vuelta alcanzable alguna vez. Muéstrenlo.