18 may. 2025

Desde EEUU envían donación para adultos del Bañado Sur

Solidaridad que viene de lejos. Silla de ruedas, muletas, bastones y otros artículos para personas de tercera edad llegaron ayer hasta el Centro Comunitario Pa’i Pepe y Pa’i Oliva, ubicado en el Bañado Sur de Asunción.

La donación fue enviada desde EEUU. La entrega fue realizada por el señor Juan Lukis, presidente del Rotary Club of Jackson Heights de Nueva York.

Los abuelitos de la zona recibieron 12 muletas, tres sillas de ruedas, cuatro andadores con frenos y asientos para personales enfermas y adultos mayores.

También se entregó al centro comunitario cuatro cajas de pañales para adultos mayores, entre otros artículos.

No es la primera vez que Lukis realiza la donación para el centro comunitario. Ya el año pasado, se habían entregado sillas de ruedas, andadores, ropas, entre otros artículos.

Del acto filantrópico también participaron representantes del Rotary Club de Fernando de la Mora y de Palma (Asunción).

Desde hace 20 años Lukis, ciudadano peruano casado con una paraguaya, realiza esta actividad. La donación no solo es para adultos mayores. En otra ocasión acercaron mochilas y útiles escolares para niños de la zona.

A través del trabajo que se realiza con los socios del Rotary, se construyeron salones de clases en Karapa’i e Isla Pucú, contó.

“Nosotros colectamos las donaciones en Nueva York. Cuando podemos las vamos enviando, costeando el traslado de nuestro propio bolsillo. Quedan acá y cuando podemos las entregamos, viendo donde se las necesitan”, detalló Lukis.

Marisa Román, voluntaria del centro comunitario desde hace 20 años, agradeció el gesto de los rotarios.

“Agradezco mucho esta donación porque los abuelos encamados necesitan sillas de ruedas, los bastones, los pañales para adultos que son súper importantes”, señaló.

El centro comunitario presta servicio a 320 habitantes del Bañado Sur, entre adultos y niños, sobre todo. Reveló que durante la etapa más dura de la pandemia pudieron llevar adelante ollas populares.


Hay mucha necesidad acá. Si no hay esa apertura de parte del corazón de las personas, esto no pasaría.
Marisa Román,
voluntaria.