“Los robots ya no son utilizados solamente para los trabajos más peligrosos, tediosos o insalubres, sino que tienen cada vez más relevancia en los servicios, la abogacía, el comercio o la Administración Pública. En 2020, según las previsiones, estarán operativos en el mundo algo más de tres millones de robots de toda suerte y condición”, señala un informe publicado por el diario español El Confidencial.
La publicación española, con base en una investigación de Georgios Petropoulos, de la organización no gubernamental Bruegel, refiere que el sector con mayor crecimiento en el número de aplicaciones de robots ya no es el del automóvil, sino la manipulación de paquetería o de maquinaria.
Agrega que en los mercados asiáticos ya existen más de un millón de robots funcionando, y de ellos la tercera parte está en China, donde el número de autómatas está creciendo a un ritmo anual del 21%, el triple que en Europa.
A este hecho se suma la masificación de internet hizo que varios sectores hayan tenido que cambiar su forma de ofrecer servicios.
Uno de ellos es la industria financiera, ya que cada vez se realizan más operaciones online y se recurre menos a las oficinas físicas; otro es la industria musical, pues se compran menos discos y se comparte la música en línea; y la industria gráfica, ya que cada vez se imprimen menos libros, periódicos y revistas, y se leen en línea a través de dispositivos móviles y computadoras personales.
Mientras los cambios se multiplican por segundo, Paraguay continúa sin tener una institución que vele en forma por los derechos de los trabajadores. Si bien se dio un paso importante al aprobar la creación de un Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, que reemplazó al Viceministerio de Trabajo que dependía del Ministerio de Justicia, solo cambió el nombre.
Un informe dado a conocer durante el estudio del presupuesto de la entidad revelaba que el Ministerio de Trabajo tiene apenas 25 inspectores laborales, a razón de uno por cada 140.000 trabajadores aproximadamente y por cada 9.000 empresas asentadas en el país.
El nivel de desempleo y subempleo en nuestro país es elevado, ya sin contar con la competencia de robots que realicen este trabajo y pongan en peligro los puestos laborales vigentes.
A esto se suma la falta de cumplimiento de las leyes laborales por parte de las empresas legales, despidos injustificados y falta inscripción de trabajadores en el seguro social. Además, continúan persiguiendo a quienes pretenden sindicalizarse para obtener beneficios laborales, abonando salarios por debajo del mínimo legal establecido e incumpliendo normas de salubridad, entre otras.
Las autoridades necesitan replantear la tarea de control del cumplimiento de los derechos laborales. Los funcionarios que toman las denuncias y que controlan los casos denunciados no dan abasto ante la cantidad de quejas.
El peligro de hoy ya no es solo quedarse sin trabajo por reclamar los derechos laborales, sino también competir con robots que trabajan las 24 horas todo el año, sin prestación social ni salarios. Si el Estado no cambia su manera de velar por los trabajadores, el futuro que nos espera es terrible.