El fiscal Alfredo Acosta Heyn allanó su vivienda en busca del arma, en forma infructuosa, pero adelantó que seguirían con la investigación de lo sucedido y que en caso de que hallen la evidencia, imputará al responsable.
La diligencia judicial se realizó en una residencia ubicada en la avenida Paraná, del complejo cerrado.
El caso caratulado como amenazas de hechos punibles fue denunciado ante la Fiscalía de Hernandarias, debido a que los afectados aseguran que fue un arma AK47, de uso militar, lo que el comerciante tenía en su poder en el momento en que se acercó a la portería y preguntó por uno de los guardias, conforme a lo revelado por funcionarios del Ministerio Público.
Ávalos Britos reside en el complejo cerrado y había pedido a uno de los guardias que le lleve sus bebidas, pero como el funcionario se negó por no tratarse de su función, el comerciante se enojó con él, según los datos investigados por la Fiscalía.
Luego, el viernes último, se acercó a la portería y preguntó por el empleado de seguridad, diciendo que el mismo había fallado con él y que le daría de comer “hule” (muerte), para exhibir luego un fusil AK47 que tenía en su vehículo, en el que posteriormente abandonó el lugar.
El fiscal Acosta Heyn allanó ayer la vivienda, donde solo encontró una pistola calibre 9 milímetros, registrado legalmente. El fiscal señaló que el dueño de la casa le señaló que el arma de fuego que recorre las redes sociales es una de calibre 22 milímetros, pero que ya lo había devuelto.
La comitiva fiscal policial se retiró de la casa, sin encontrar el arma de guerra, pero Acosta Heyn señaló que seguirán investigando el caso.
Un comerciante se habría molestado porque un guardia del Paraná Country Club se negó a hacerle de secre y salió a buscarlo armado para la guerra. Fiscalía allanó su casa, pero no encontró el arma.