La total observancia a la ley del celibato para abrazar con absoluta fidelidad el llamado de la Iglesia y lograr con éxito la misión de llevar esperanza al pueblo fue el llamado hecho por el arzobispo de Asunción, monseñor Pastor Cuquejo, en su homilía pronunciada durante la Misa Crismal realizada en la Catedral Metropolitana.
El acto litúrgico, coincidente con el Día del Sacerdote, sirvió para la bendición de los óleos que se utilizarán en la consagración de los cristianos y para la renovación del compromiso de obispos y sacerdotes. El mismo contó con la participación del nuncio apostólico Orlando Antonini y el obispo emérito de Asunción, monseñor Felipe Santiago Benítez.
“No podemos entregar nuestros sentimientos, nuestros afectos y mucho menos nuestro físico ya consagrado a cualquier persona. La Iglesia hoy nos pide, como el Señor pidió a sus apóstoles, fidelidad al llamado y esa fidelidad que se va a conformar plenamente en testimonio de Él a ese llamado a través de nuestra misión”, indicó el arzobispo.
Insistió en que “la Iglesia nos pide la observancia del celibato y lo hace a través de una ley, pero no una ley que viene a ser meta de la vida consagrada, sino una ayuda para preservar esa consagración, que es la sustancia de nuestra identificación plena con el Señor.
MISIÓN. En otro momento, el prelado dijo que la esperanza que los obispos y sacerdotes deben diseminar como parte de la misión de su consagración “debe vestirse contra aquellos signos de desesperación de nuestro pueblo, aquellos signos de enfermedad, de opresión y de pobreza extrema”.
“Somos consagrados para llevar la buena noticia, para que desde la profundidad de nuestra experiencia de Dios y desde la fecundidad del amor podamos en todo momento anunciar con fuerzas la esperanza que encontramos en Jesucristo Salvador”, expresó finalmente.