Una costumbre muy arraigada en tiempos de la dictadura de Alfredo Stroessner era el culto al personalismo, llevado casi siempre a niveles de exageración que rayaban lo ridículo.
Pese a que ya hace más de 30 años que el dictador se fue, dicha costumbre perdura en las instituciones de la función pública.
Prueba de ello es la publicación realizada ayer en la página oficial del Departamento de Relaciones Públicas de la Policía Nacional.
En ella se señalaba, entre otras cosas, que “Hoy nuestra institución está de fiesta, pues nuestro comandante, el comisario general comandante Francisco Resquín Chamorro cumple un año más de vida”. Ello, acompañado de un retrato del comandante de la Policía.