Marta Ferrara, directora ejecutiva de Semillas para la Democracia, reflexionó que es una situación sumamente grave y preocupante que nada menos el vicepresidente de la República y un ex presidente fueron acusados de tener vínculos con el grupo terrorista Hezbollah.
“Esto que denunció el embajador (Marc Ostfield) es vox populi. Todos sabíamos que estaba pasando. Lo grave es que no solamente la Justicia no investigue, sino que se normaliza el tráfico de influencia, el soborno y la prevención del voto popular a cambio del dinero”, sentenció en declaraciones a la 1080 AM.
Ferrara hizo hincapié en el déficit de la Justicia para investigar a Cartes y Velázquez.
“La Fiscalía y la Justicia están en deuda y tienen la obligación de hacer la investigación correspondiente para que todas las denuncias que estamos escuchando por parte de un embajador siempre se dijo que se compraba la voluntad popular y que había parlamentarios que recibían dinero todos los meses”, sentenció.
En el comunicado que leyó el embajador Ostfield, acusó que Cartes pagó a los miembros del Partido Colorado hasta USD 10.000 a cada uno para apoyar su candidatura antes de las elecciones de 2013. Además que hubo un ofrecimiento de USD 1 millón a los legisladores a cambio de acompañar la enmienda para su reelección.
Ninguno de estos temas son investigados por la Fiscalía.
DÉJÀ VU. Ferrara consideró que el escenario que se está viviendo en Paraguay le recuerda a ciertos países de Centroamérica donde usaban los mismos argumentos (que hay injerencia de EEUU) hasta que fueron extraditados.
“Es un déjà vu con lo que pasó con Juan Orlando Hernández (ex presidente de Honduras) y lo que pasa con algunos presidentes de Centroamérica, como en Guatemala donde fueron extraditados diputados y tienen sanciones graves”, apuntó.
Agregó que es grave que algunos sectores pretenden normalizar instalando la idea de una injerencia del Gobierno de Estados Unidos.
“Esto me recuerda a la época de Stroessner y en la última época de la dictadura era igual. Decían que había injerencia extranjera; es como un déjà vu de los últimos tiempos de stronismo. La cultura de antivalores es una herencia de la dictadura”, sentenció.
Le llama la atención la falta de reacción de la ciudadanía ante las graves acusaciones que pesan contra los principales referentes de la clase política.
“La gente sigue sin reaccionar ante lo que está sucediendo. Tenemos inseguridad jurídica”, sentenció.
Refirió que el crimen organizado está infiltrando en las instituciones. “El crimen organizado no es bueno porque da trabajo como algunos sostienen. Acaba con vidas, con las familias, con la seguridad del país, con la democracia y el estado de derecho”, dijo.
Agregó que el presidente de la Corte con permiso, Antonio Fretes, fue acusado de tráfico de influencias. No renunció al cargo y solamente espera jubilarse en marzo próximo.
Ferrara dijo que la ciudadanía debe despertarse y asumir la gravedad de lo que está ocurriendo en el país. “Hay referentes del sector oficialista como de la oposición que son cómplices y encubridores de esta situación que son aquellos que normalizan el tráfico de influencias, así como el crimen organizado”, apuntó.
Consideró que todas estas cuestiones que están ocurriendo terminan perjudicando el proceso democrático.
Urge que las autoridades que serán electas en las próximas elecciones asuman un verdadero compromiso para mejorar el sistema de justicia que está permeado y una lucha frontal contra el crimen organizado.
Lo grave es que no solamente la Justicia no investigue, sino que se normaliza el tráfico de influencias.
Marta Ferrara,
Semillas para Democracia.
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