El economista uruguayo Gabriel Oddone, de la consultora CPA Ferrere, realizó ayer una charla magistral denominada Cómo está Paraguay para enfrentar el shock externo negativo, donde explicó principalmente el contexto económico en el que están la Argentina y el Brasil, y sus repercusiones en nuestro país.
Durante su ponencia enfatizó que no se visualiza un riesgo macroeconómico para el Paraguay, pese a la crisis que están atravesando los países vecinos, que a su vez son sus principales socios comerciales. Dijo que el buen manejo fiscal y monetario, sumado a la diversificación de sus mercados de exportación, le permite tener una mejor capacidad de resistencia ante estos efectos externos.
Además, tampoco el sistema financiero paraguayo está muy conectado con la banca argentina y brasileña, como tampoco hay una participación muy activa en los mercados de la bolsa de valores de la región; por lo tanto, los efectos negativos se evidencian más en los niveles de consumo y en el comercio fronterizo orientado al turismo.
“Los sectores de retail y el consumo doméstico es donde veremos mayor efecto. El 76% del crecimiento del producto bruto en este primer semestre estuvo por el lado del consumo; la economía paraguaya va a seguir creciendo, pero probablemente con este escenario más adverso no podrá mantener el ritmo de un 4% anual”, adelantó.
Con respecto a la posibilidad de una reforma impositiva, dijo que un atractivo para invertir en Paraguay es su baja tasa de impuestos; sin embargo, el Estado necesita aumentar su nivel de ingresos para dinamizar las inversiones en infraestructura. Como tiene suficiente espacio fiscal podrá seguir tomando deuda a través de créditos multilaterales y emisiones de bonos, pero una opción suave para aumentar los ingresos tributarios podrá ser la de cortar algunas exoneraciones fiscales.
“El gran desafío de Paraguay es diversificar sus fuentes de financiamiento, no porque lo precise, sino para que ante ciertas circunstancias pueda tener mejor acceso a financiamiento en el mercado”, resaltó.
CONTEXTO. Con relación a los países vecinos, manifestó que la crisis económica en la Argentina va a durar por lo menos 18 meses más. El ajuste de la tasa de referencia de la Reserva Federal (Fed) de los Estados Unidos terminó por fulminar el tiempo que el presidente Mauricio Macri necesitaba para implementar su reforma fiscal de forma gradual, agregó.
Con una tasa de interés cercana al 3% por los bonos de diez años, los grandes inversores automáticamente se salieron de los títulos de deuda de mercados emergentes y se refugiaron en bonos de países en grado de inversión.
“Este nuevo escenario financiero mundial le cortó el tiempo a Macri y los próximos meses serán de mucha volatilidad”, consideró. A esto se suman las exigencias que el Fondo Monetario Internacional impone respecto a recortes severos en el nivel del gasto, para liberar los fondos que el país precisa, pero hacer estos severos ajustes puede tener un efecto de recesión y un alto costo político, añadió.
Por el lado del Brasil, la incertidumbre política que genera la posible victoria de Jair Bolsonaro puede alterar a los mercados y seguir depreciando al real; además, recordó que este país debe hacer una fuerte reforma tributaria y en el sistema de pensiones, que va a requerir un gran consenso político. “Este real a un valor de 4,15 por dólar es una cotización política, que retorne a precios normales dependerá del resultado electoral”, opinó.