“El positivo de un técnico obligaría a poner en cuarentena a una parte del equipo, pero si el contagio se produce entre los actores, la filmación se paralizaría. Habría que esperar a que los contagios se pasaran y volver a poner todo de nuevo en marcha, y eso afecta mucho a nivel económico a la película”, explica González, que rueda actualmente la película La vida que no es nuestra.
La Agencia Efe ha conseguido uno de los pocos permisos que se conceden hoy en día para entrar a un plató de filmación. Hace solo unos meses era algo habitual, común y constante hacer reportajes de rodajes; ahora los sets de grabación se han convertido en una especie de búnkeres y tan solo a unos pocos autorizados se les permite la entrada.
Las productoras invierten miles de euros en equipos de protección individual, en pruebas serológicas y PCR, en personal especializado y en el diseño de acciones concretas para salvaguardar la salud de los trabajadores.
“Llevamos unos tres días rodando y el presupuesto solo en medidas Covid ya es de más de mil euros (más de 1.200 dólares), y todavía nos quedan bastantes días de rodaje”, indica a Efe Andrea Golo, directora de producción de la película.
MASCARILLAS E HIGIENE. Toda persona que llega al rodaje, tras pasar por el set donde se le toma la temperatura, recibe una mascarilla FPP2, se limpia los pies en una alfombrilla de desinfección y se echa gel hidroalcohólico, que hay repartido por todas partes. El movimiento de los protagonistas está absolutamente coordinado y nada se deja a la improvisación.
Se ha contratado personal encargado específicamente de velar por las medidas de seguridad: el set se desinfecta antes y después de cada toma; los baños, después de cada uso, la zona de vestuario y maquillaje, así como los sofás o sillas donde esperan los actores su turno se limpian constantemente, igual que los espacios donde se desarrolla la acción.
“Las fuentes de agua han sido reemplazadas por botellas individuales y cada uno tiene su propia bandeja de cáterin y horario de comida; tampoco se permite fumar cerca del set o al lado de personas”, detalla la directora de producción.
Dentro del rodaje se han creado círculos de acceso, es decir, no todo el mundo puede estar en el mismo lugar que los actores, si no son imprescindibles, ya que son los más sensibles al no llevar la mascarilla puesta durante la grabación. EFE
Rotundo cambio
La primera localización del rodaje, al ser un espacio reducido, obligó a mandar a buena parte del equipo fuera y comunicarse por walkie talkie. Antes de la aparición del Covid-19, en el plató y durante los rodajes podían coincidir, dependiendo de cómo fuera la película, entre 120 y 140 cuarenta personas.