Un total de 500 pedidos de retiro de chatarras de la vía pública, que sirven de potenciales criaderos, vertederos y hasta aguantaderos de malvivientes, están congelados en la Policía Municipal de Tránsito (PMT) a raíz de que sus distintos corralones están colapsados de vehículos y motocicletas oxidadas.
Solo en el Cuartel Central de esta fuerza operativa municipal, en el barrio Campo Grande, se tienen 458 motos y 38 automóviles que a pesar de estar inservibles no son retirados por sus propietarios, en una cifra que sería similar a las demás unidades.
A la par de ocupar espacio, las máquinas que llevan décadas de estar depositadas en el lugar también generan un ambiente de insalubridad.
IMPEDIMENTOS. Silvia Araújo, secretaria general adjunta del Sitrama, explicó que hace dos años atrás salió la Resolución 142/17 que luego se volvió ordenanza para que se aplique el comiso de los rodados secuestrados, lo cual fue solicitado ante el juzgado de faltas, sin que se haya obtenido respuesta para ello.
“Ahora salió una ley sobre la confiscación y subasta de estas máquinas, la cual deriva todos los procedimientos a un proceso que se hace bajo patrocinio de abogados ante los juzgados judiciales. Ese trámite complica todo, porque eleva a cuatro veces más el valor de los autos y motocicletas y no creo que nadie quiera pagar eso ni la misma institución municipal”, precisó.
“Como mínimo tenemos 500 pedidos de retiro de chatarras que están paradas porque nuestros corralones están atestados. Hay que ver qué hacer con las motos y autos depositados. Tal vez hacer el muro de contención para los bañados Norte y Sur con ellos. Pero algo se debe hacer, porque la situación es grave”, puntualizó.