Este avance, liderado por la Universidad de Stanford, en California (Estados Unidos) y publicado este jueves en la revista Cell, podría ayudar a las personas que no pueden hablar a comunicarse más fácilmente mediante tecnologías de interfaz cerebro-ordenador (BCI). “Es la primera vez que logramos comprender cómo es la actividad cerebral cuando solo se piensa en hablar”, afirma la autora principal, Erin Kunz, de la Universidad de Stanford.
“Para las personas con graves discapacidades motoras y del habla, las BCI capaces de descodificar el lenguaje interno podrían ayudarles a comunicarse con mucha más facilidad y naturalidad”, explica.
Las BCI son una herramienta que permite ayudar a personas con discapacidad. Mediante sensores implantados en las regiones del cerebro que controlan el movimiento, estos sistemas descodifican las señales neuronales relacionadas con el movimiento y las convierten en acciones, por ejemplo para mover una mano protésica.
En el caso de las personas con parálisis, algunas BCI han logrado interpretar la actividad cerebral de los usuarios que intentan hablar en voz alta activando los músculos relacionados y “escribir” lo que intentan decir.
Pero en estos casos, incluso con los sistemas que siguen los movimientos oculares de los usuarios para escribir palabras, intentar hablar resulta agotador y lento para quienes tienen un control muscular limitado.
Para estos casos, sería bueno comprobar si las BCI podrían descodificar el habla interna: “Si solo hay que pensar en el habla en lugar de intentar hablar, es potencialmente más fácil y rápido para esas personas”, afirma Benyamin Meschede-Krasa, coautor principal e investigador en Stanford.
Para averiguarlo, registraron la actividad neuronal de microelectrodos implantados en la corteza motora –una región del cerebro responsable del habla– de cuatro personas con parálisis grave debido a esclerosis lateral amiotrófica (ELA) o un accidente cerebrovascular en el tronco encefálico. EFE