Por Nelson Avezada Girett
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El alto precio de la nafta en el mercado está empujando a los automovilistas, cuyas unidades son nafteras, a convertir sus vehículos a flex fuel, es decir, migrar al uso de alcohol como carburante.
La gasolina de 95 octanos, un combustible de mediana calidad, cuesta en estaciones de servicios 5.550 guaraníes el litro. Sin embargo, el etanol se vende a 2.950 guaraníes, lo que significa que el consumidor ahorra 2.600 gua-raníes.
Una de las empresas pioneras en la importación, distribución e instalación de los adaptadores flex-box es Karini SA, que comenzó a diseminar la tecnología en el área metropolitana, Villarrica y otras localidades del interior del país.
José Hasin, directivo de la firma en cuestión, asegura que la transformación de gasolina a flex permite al propietario ahorrar 45% en el rubro de costo de movilización, lo que llevó a la gente a invertir en cambiar de combustible y usar el alcohol que es fabricado enteramente en el país.
El artefacto se conecta a la computadora del auto (inyección electrónica) con sus conectores originales, a los picos del auto, al sensor de temperatura, al sensor de oxígeno y así se reprograma la inyección del vehículo, según el combustible que está detectando, explicó Hasin.
Los sensores de temperatura y O2 le permiten a flexbox (nombre técnico del adaptador) determinar qué tipo de inyección va a realizar y flexbox ordena a los picos inyectar el pulso necesario para realizar correctamente los procesos de arranque, calentamiento del motor combustión y trabajar en baja. En Brasil y Estados Unidos este sistema se utiliza con normalidad. Es más, Karini extiende una garantía escrita de un año a sus trabajos de conversión.
La transformación propiamente dicha lleva apenas unas horas, toda vez que el vehículo sea a inyección electrónica, y permite usar el mejor combustible automotriz del mercado con 105 octanos.
Desde el Gobierno se está promoviendo la utilización de vehículos flex. Es más, las unidades movidas con este combustible están liberadas de impuesto. La idea de fondo es reducir la importación de nafta y consumir en mayor volumen el alcohol que es producido enteramente en nues
LA ADAPTACIÓN NO TIENE ALTO PRECIO
De acuerdo con los directivos de Karini, convertir un auto naftero a flex cuesta entre 1.000.000 y 2.000.000 de guaraníes. En promedio, la mayoría de las unidades transformadas abonaron 1.500.000. Para facilidad de la gente, según José Hasin, la instaladora Karini ofrece a sus clientes la posibilidad de que la transformación sea abonada a través de financieras o tarjetas de crédito y se establecen precios especiales cuando una empresa o persona transforma por encima de dos vehículos. Los interesados en esta tecnología pueden acceder a la página www.nafteroaflex.com