19 dic. 2025

Conocer a Cristo de primera persona

Hoy meditamos el Evangelio según san Lucas 7,19-23.

Los discípulos de Juan el Bautista entraron en contacto con Jesús en unas circunstancias críticas para ellos. Su maestro, después de una predicación que había sacudido al pueblo de Israel, había sido encarcelado. Podría parecer en ese momento que su misión había llegado al fracaso.

En esa situación de desánimo, Juan no se quedó inactivo. Continuó con su misión de señalar la presencia del Ungido de Dios, pero en esta ocasión de una manera más sutil. De ahí que pida a sus discípulos que vayan y le pregunten directamente a Jesús si es en Él en quien deben de poner sus esperanzas: «¿Eres tú el que va a venir o esperamos a otro?».

El Evangelio apunta que justo en ese momento el Señor realizó muchas curaciones y prodigios. Así, aquellos dos tuvieron una experiencia en primera persona de quién es Cristo y podrían decir que habían visto y oído las maravillas que obra. A Jesús no se le conoce plenamente por referencias de terceros. No basta con leer algo sobre Él o admirarse ante las bellas palabras que alguien más dice. Conocerlo es tener un encuentro en primera persona con Él, a través de la oración y de los sacramentos, especialmente la Eucaristía. Entonces nos damos cuenta de que nos cambia la vida y de que vale la pena poner en Él nuestras esperanzas.

No hay otro a quien esperar. Jesucristo está entre nosotros y nos llama. «Él ha dejado sobre este mundo las huellas limpias de sus pasos, señales indelebles de que ni el desgaste de los años ni la perfidia del enemigo han logrado borrar.

Con esa mirada turbia y falta de fe miraron a Jesús sus paisanos la primera vez que vuelve a Nazaret. Nosotros queremos ver al Señor, tratarle, amarle y servirle, como objetivo primordial de nuestra vida. No tenemos ningún objetivo por encima de este.

(Frases extractadas de https://opusdei.org/es-es/gospel/2021-12-15/) y http://www.homiletica.org/francisfernandez/franciscofernandez0745.htm)