El 14 de diciembre de ese año, Giménez llegó a vivienda a la mañana, había pedido permiso en el trabajo para entrar más tarde y ya tenía la llave de la parte trasera que usaba la novia.
Allí forcejeó con la mujer de la casa, quien le encontró y le reclamó que haya ingresado. El joven ya conocía a Adjane y pensaba que en ese horario no estaba nadie.
PUÑALADAS. Allí comenzó una fuerte discusión y el hombre directamente apuñaló a la mujer de 29 años.
La pelea se dio en la habitación del bebé de Adjane, de cinco meses, por lo que la mujer puso resistencia y luchó por su vida y la de su hijo, según determinó la Fiscalía.
“Adjane Débora Bar, tras verse amenazada en su integridad y la de su hijo, se defendió como pudo y con todas sus fuerzas, sin embargo, el acusado siguió infligiéndole heridas y cortes en todo el cuerpo. La agredió tantas veces que finalmente logró vencer la resistencia que oponía”, dice el informe de la fiscala María del Carmen Meza.
No fue una sola puñalada, sino que 76 veces pasó su arma blanca por el cuerpo de la mujer, quien cayó frente a la puerta de entrada en la casa, agonizando.
El hombre siguió actuando con violencia y trajo una máquina de escribir y le golpeó la cabeza.
La mujer fue encontrada por su hermana, ya sin vida.
El Ministerio Público levantó varias evidencias que revelaron que Giménez Barboza era el culpable. La propia novia había entregado los calzados y la ropa ensangrentada, para su análisis pericial.
Según la Fiscalía, se había determinado que el hoy condenado aprovechó que la víctima se encontraba sola para atacarla.
El hombre fue detenido poco después del suceso. Su cuerpo presentaba rastros de arañazos, hematomas y escoriaciones, según informó el forense.