Ante el continuo aumento de los precios de la carne, la Comisión Nacional de la Competencia (Conacom) decidió empezar a sondear cómo se forman los valores y qué factores están influyendo. Desde la institución afirman que una eventual apertura de investigación aún está lejos de los trabajos que se están realizando.
Se trata de la primera institución estatal que toma las quejas de los consumidores acerca del excesivo encarecimiento de la carne, que muestra un incremento de hasta casi 60%, como el caso de la rabadilla, aunque las subas se observan incluso en el puchero. La diferencia corresponde a la penúltima semana de setiembre con relación al mismo periodo del 2020, de acuerdo al monitoreo de la Secretaría de Defensa del Consumidor y el Usuario (Sedeco).
“De manera muy preliminar estamos levantando datos sobre los precios de la carne. Para nosotros no es desconocido esto, así como subió el precio de un montón de otros productos de la canasta básica, pero hay muchos factores que pueden influir”, explicó al respecto el director de Investigación de Conacom, Gustavo Benítez.
Se refirió a un análisis de la oferta y la demanda, un sondeo incipiente y prudente, que aún se encuentra lejos de un estudio de mercado o la apertura de una investigación, afirmó el funcionario.
De acuerdo a Benítez, estos trabajos se realizan por iniciativa propia de la institución ante las quejas masivas y no como respuesta a una denuncia. En principio se tomarán los datos semanales de Sedeco.
La Cifra
G. 48.125 fue el precio promedio de la rabadilla en la última semana, mientras que otros cortes de primera no bajan de G. 41.000.
Antecedentes facilitarán el trabajo
No es la primera vez que la Conacom observa la cadena cárnica. El año pasado, mientras daba trámite a una denuncia de los ganaderos sobre la posible concentración de mercados por parte de los frigoríficos, la institución se vio obligada a tomar otra intervención en el sector, tras la firma de un acuerdo entre Athena Foods y Frigonorte, contrato que finalmente rechazó y no se llegó a concretar.
Los datos recolectados en este proceso, para entender el funcionamiento de toda la cadena, desde la producción, la faena y la comercialización, facilitarán el análisis que empezó ahora sobre los precios de la carne para el consumidor final, aunque no hay plazos para determinar los resultados.