24 abr. 2024

Con un karu guasu agradecen a San Cayé, pese al desempleo y la recesión

Manteniendo la tradición religiosa, como hace más de 50 años, centenares de personas honraron ayer a San Cayetano, en su capilla de Sajonia. Redoblaron el pedido de paz, pan, justicia y trabajo.

Alrededor de 800 comensales asistieron al karu guasu, armado con donativos de fieles al santo patrono del pan, la paz, la justicia y el trabajo.

“Son las cuatro necesidades más urgentes que tiene el Paraguay en este momento: Salud para todos, medicamentos para todos, sin discriminación de clases; paz en nuestras calles, no podemos permitir más que nos maten. Necesitamos más fuentes de trabajo”, exteriorizó Andrés Caballero, coordinador de esta fiesta en honor a San Cayetano, que se realiza desde hace más de 50 años en la esquina de Juan León Mallorquín y Testanova.

Muchos bañadenses, desplazados por la crecida del río Paraguay y que acampan a 200 metros del lugar, engrosaron la fila a la espera del locro, ipokue de cerdo con poroto o caldo ava que sirvieron al mediodía.

“Estamos compartiendo con los hermanos más necesitados porque el Paraguay está pasando por muchas necesidades”, decía sin ocultar su emoción al ver la fila de gente aguardando su ración.

“Hasta ayer no había nada aquí y me emociona ver toda esta cantidad de gente que está llevando un plato de comida. Entonces, quiere decir que trabajando juntos es posible. Por la recesión económica teníamos miedo de que no podamos hacer todo este menú que se hizo, el chocolate”, explicó Caballero, al añadir que cada ingrediente de las comidas hechas en la capilla fue ofrendado a San Caye.

Un total de 300 tortillas llevaron al Penal de Tacumbú, como gesto de agradecimiento al santo patrono.

En horas de la tarde, sirvieron chocolatada con portiju y torta a los niños y fieles que se acercaron al sitio.

MARCHA. La actividad se cerró con una misa a las 19.00, pero una hora antes hubo procesión por las calles del barrio que fue más bien una “marcha por la paz” ante la “inestabilidad política y la recesión económica”, en palabras del organizador.

Incluso, tuvieron que pedir por los medios de comunicación las golosinas, pero luego respondieron los fieles con sus donativos para completar la variedad de los portiju.

“Es un llamado de atención al Gobierno, a los que deciden el destino de esta patria: que si colaboramos todos juntos y dejando de robar, nos va a alcanzar a todos el bien común, que es lo que necesitamos todos en Paraguay”, lanzó Caballero, heredero de la imagen de San Cayetano que llegó en 1966 a la casa donde vive y que se convirtió en una capilla.

Siete días en todo este año trabajé. Anteayer, llegué a tener la plata para comprar para mi donación a mi gran San Cayetano. Ramón Morínigo, devoto de Capiatá.

Todos sentimos que escasea el trabajo: antes teníamos en el taller 12 vehículos por día y ahora si te caen dos ya es suerte. Esteban Ayala, mecánico de Sajonia