En su razonamiento, dice, Estados Unidos sabe que acusar a un ex presidente implica una enorme responsabilidad, más en tiempo eleccionario. Por esa razón, agrega, en gran medida jugaron con los tiempos, para tener más pruebas y desmarcarse de los plazos eleccionarios dirigidos a las pasadas elecciones internas simultáneas, en diciembre pasado, donde ganó como candidato a presidente del Partido Colorado y tanto él como su candidato a presidente de la República, Santiago Peña, derrotaron al oficialismo.
Según Peris, EEUU evitó que se le acuse de intromisión, aguardando que pasaran las internas, para anunciar la segunda sanción que impone al ex mandatario el bloqueo de sus cuentas y prohíbe a cuatro de sus empresas seguir operando en el sistema financiero norteamericano. En julio pasado, el Departamento de Estado le había prohibido ingresar a él y su familia a los Estados Unidos, y lo designó “significativamente corrupto”.
Peris dice que desde la década de 1970 EEUU tuvo un especial interés en Paraguay, no tanto por una cuestión política de gobierno, como sí tuvo con Centroamérica, sino porque se dio cuenta de que Paraguay es un territorio propicio para lo ilícito. “Hoy, de hecho, el país es en la región uno de los polos más importantes de lavado de activos, narcotráfico, contrabando y otras actividades ilegales como el tráfico de armas. Que Paraguay se haya posicionado de esta manera, efectivamente hizo que Washington haya centrado su interés en Paraguay”, explica.
El hecho de que se centrara en Cartes y en Velázquez, dice, es por el tipo de corrupción en que se involucran, “ligado directa e indirectamente con lo ilícito, incluido el financiamiento a grupos terroristas”. Por eso, es normal y esperable que aumenten las sanciones.
Estados Unidos sabe que acusar a un ex presidente implica una enorme responsabilidad.
Carlos Peris,
sociólogo e investigador.
El hecho de que se centrara en Cartes y Velázquez es por el tipo de corrupción, incluido el financiamiento a grupos terroristas.