Sin armas de fuego y en condiciones desventajosas con respecto a personas extrañas que ingresan de manera irregular al sitio, un plantel de apenas 34 guardaparques (12 mujeres) deben custodiar las 110 hectáreas de reserva boscosa que tiene el Jardín Botánico y Zoológico de Asunción.
En el tupido monte se encuentran especies de árboles nativos muy apreciadas por su madera, además de una fauna compuesta por aguara guasu, armadillos, monos capuchinos, teju guasu, serpientes y otros animales que se esconden en el follaje o en agujeros cavados en el suelo.
A esto se suma la existencia de un arroyo conocido como Tres Puentes, que baja desde la zona de Zeballos Cué, con el cauce contaminado por efluentes cloacales, jabón y otros líquidos usados por familias del asentamiento San Francisco, que se encuentra apenas a unos metros arriba de este lugar.
TESTIMONIO. Mariano Ruiz Díaz, jefe de guardaparques del Botánico, explicó que cada mes realizan hasta cuatro incursiones en el bosque, con el objetivo de sorprender a adictos o malvivientes que se esconden entre los árboles para asaltar a los visitantes.
“Entramos con machetes y cachiporras. Solemos cambiar los días de las intervenciones para tomar de sorpresa a asaltantes y drogadictos que entran. Muchas veces encontramos a gente que saca leña y algunos que quieren talar los árboles”, comentó.
“Es un trabajo muy difícil y delicado, donde nos complementamos con el plantel de guardias que tiene el Botánico y el apoyo de la Policía”, resaltó.
Puntualizó que un elemento indispensable es el de la radio (walkie-talkie) que no tienen y pedirán que su compra sea incluida en el presupuesto municipal del próximo año.